Tal como presenta Adrián Perales, en el programa de hoy de LCTV “Monólogos en Somosaguas” Antonio García Trevijano desarrolla la idea de equiparar verdad y libertad, que es una idea suya propia. Esta idea es tratada en profundidad en su libro “Teoría pura de la República” y debe entenderse que se dice que libertad es igual a verdad, cuando se refiere a la política de la democracia.

En este libro, el autor afirma que si una sociedad entera está engañada, jamás podrá tener conciencia de su destino y es imposible que pueda ser libre. Utiliza como ejemplo la Revolución Francesa, en el año 1791 cuando se aprobó la Constitución de la monarquía constitucional de Luis XVI, que se aprobó bajo la mentira de que el monarca había sido raptado, cuando en realidad había huido para evitar que fuesen contra él los revolucionarios. Precisamente esa mentira constituyó el sistema político francés. En el libro se expone que cuando un sistema se fundamenta en una mentira es imposible alcanzar la democracia, la cual exige el requisito de que los ciudadanos deben conocer la verdad sobre el poder. La creencia admitida como cierta y basada en el proverbio bíblico “la verdad os hará libres” no está fundamentada. Es la libertad la que nos hace verídicos y crea veracidad. La libertad es el valor supremo que puede tener un ser humano, y formando parte de un pueblo esta es la  libertad política colectiva, que es la Libertad Constituyente.

Esto lleva a reflexionar sobre el término político de derecho de autodeterminación. Los pueblos que habían adquirido la unidad nacional antes de la Revolución Francesa no tienen derecho a la autodeterminación, porque este derecho se aprende después de la Revolución. Trevijano compara estos conceptos políticos con el caso catalán. Por último repasa otras consecuencias de la Revolución Francesa que fundó la monarquía constitucional y compara con otras formas de gobierno. Concluye con la aseveración de que la democracia son las reglas del juego y la libertad política que constituye las reglas del juego, es la única verdad de la política.

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