Cuatro cuestiones ponían a prueba la unidad de los 27 países integrados en la UE: superación de la crisis política que paralizó al Tratado de Lisboa, a causa del No de Irlanda; unificación de las medidas estatales para afrontar la crisis de recesión en la economía global; impulso unitario a la reducción significativa de las emisiones de bióxido de carbono; y reactivación de lo acordado por el G-20 washingtoniano sobre rebaja de subsidios y aranceles en el comercio mundial.   El primer objetivo se ha saldado con un fracaso. Hasta después de 2010 no se sabrá si el Tratado de Lisboa, modificado con un protocolo posterior a la entrada de Croacia, entrará en vigor. Mientras tanto las elecciones europeas se harán de acuerdo con el Tratado de Niza. La unificación política se hace más difícil, por no decir imposible, con la renuncia a reducir el número de Comisarios, que seguirán actuando como parlamentarios ejecutivos, para defender cada uno los intereses de su país, como hasta ahora. Y el cuarto objetivo, el mandato de cerrar la Ronda de Doha sobre el comercio mundial antes del próximo 31 de diciembre, ya es imposible. El director general de la OMC, Pascal Lamy, ha declarado que, ante el riesgo de fracasar, como en el mes de julio, prefiere aplazar el acuerdo para intentar que se superen los mismos escollos, principalmente los aranceles chinos a las importaciones agrarias y los subsidios de EEUU a la producción algodonera.   El segundo objetivo, el más apremiante ante el agravamiento por días de la crisis económica mundial, se ha cumplido a medias. Jean-Claude Juncker, presidente del eurogrupo, quita relevancia a la simbólica cifra del 1,5 del PIB; para el comisario Almunia, Berlín debe marcar la pauta; el ministro alemán de Economía critica con dureza el plan británico de rebajar el IVA; y el análisis detallado de las ayudas en los trece principales países revela que las medidas de estimulo fiscal solo alcanzarán el 0,6 del PIB de la UE. El tercer objetivo, la depuración en la atmosfera de emisiones peligrosas, ha desatado el triunfalismo de Sarkozy. La reducción del 20 por cien para el año 20 es una buena medida, que repercutirá en la Cumbre del Clima de Copenhague, a finales de 2009, para reemplazar los acuerdos de Kioto a partir de 2012. Este acuerdo ha sido propiciado por el plan de Obama para las energías alternativas, y por la disposición de India y China a reducir el 15 o el 20 por ciento del aumento de sus emisiones.   florilegio "La recesión política la produce la complejidad transaccional del consenso, frente al temor a las decisiones por mayoría. La unanimidad hace regresar al punto de coincidencia en lo más inmediato y menos inteligente."

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