“Personas de mucha influencia en la opinión política, tales como directores de medios informativos afines al PP y portavoces del PSOE, andan diciendo estos días que ellos no están contra la Independencia del País Vasco, sino contra el modo violento de procurarla, y que nada objetarían a una Secesión salida de las urnas por mayoría libre y pacífica. Son tan liberales que están dispuestos a conceder a otros, si no media la violencia, hasta el derecho de que ellos mismos carecen. El adagio de que nadie puede dar lo que él no tiene no parece perturbar la conciencia bochornosa de estos liberalísimos patriotas de la libertad que, después de fracasar en su agreste cruzada españolista, ahora se disponen a expiar su culpa profunda (la de no ser nacionales por bautizo electoral y confirmación constitucional), redimiendo a vascos, catalanes y gallegos de la infamante historia que los ha hecho españoles sin su libre consentimiento”. “Los liberalísimos son tan generosos que no se consideran con derecho a impedir que su españolidad no sea compartida con quienes la desprecian. Un complejo de culpabilidad franquista condujo a las Autonomías. Un complejo de culpabilidad oligárquica está creando el derecho a la Independencia de las Autonomías que produzcan terrorismo y lo cesen. ¡Qué lección de estrategia a los infantes separatistas! La opinión liberalista somete a la elección del miedo lo que solamente pertenece al ámbito de la historia y al sentimiento anterior al derecho. Mete en los campos arados de las libertades otorgadas lo que no ha sido, ni puede ser, surcado por la libertad política constituyente, pues no cae en los dominios del mundo moral. El terrorismo ha terminado por ganar, a la causa del secesionismo pacífico, el patrio corazón sin fronteras de estos liberalísimos que, sin darse cuenta, están pensando ya como el nacionalismo separatista al que creen combatir”. “ETA no puede vencer en su terruño. Pero, con tal de que nos agracie renunciando al terror, ya ha instalado su estandarte en la mentalidad contrahistórica de los «liberalísimos de la libertad de fronteras por urnas», en las cabezas de esos pájaros locos en cuerpos atirantados de soberbia y almas aflojadas de dignidad; en las ambiciones de esos lechuguinos culturales y alcahuetes del poder que, sin conocer la democracia ni anhelarla, entran por su país y su mundo para adueñarse de todo menos de la inteligencia, la honradez mental y la verdad. Son los hijos renegados de la dictadura y los padres putativos del derrotismo. No saben, los pobres, que padecen las vanas ilusiones del pacifismo en tiempos de paz, como sentirán los inexorables entusiasmos del belicismo a la vera de conflictos secesionistas. La vil capitulación de los periodistas empresarios y los socialistas empresariados hace que, ante la desesperanza oligárquica, parezcan aciertos los errores contumaces de Aznar. La intuición terrorista de ETA ha sido menos ignorante en cuestión de principios y más obtusa en previsión de resultados. Quiere transformar su terror singular en violencia colectiva de un nacionalismo instalado en el Estado que lo alimenta y al que cercena de modo pacífico desde dentro. El riesgo de Secesión no lo crean los separatistas, sino los liberalísimos otorgantes del derecho a decidir la Independencia”. Artículo de Antonio GARCÍA-TREVIJANO, publicado en LA RAZÓN el 28-5- 2001, con el titulo Los Liberalísimos, ante las declaraciones de Aznar, Rajoy, Juan Luis Cebrián y Pedro j. Ramírez de que nada tenían que oponer al derecho de autodeterminación en un escenario de paz.