En el bello Palacio de Zurbano de Madrid se ha reunido, presidida por un triunvirato ministerial, la comisión política que se encargará de sacar a España de la crisis, en torno a un índice de temas a tratar y un documento lleno de vaguedades (“Diálogo político para la recuperación del crecimiento económico y la creación de empleo”) entregado la tarde anterior a los asistentes. La reunión tiene la finalidad de tomar contacto (“tomar un café y pasar el rato” dijo un asistente) e ir abordando los temas que vayan proponiendo los invitados con la intención de recuperar el sendero del progreso y el empleo perdido. En dicha reunión no habrá líneas rojas en los temas a poner sobre la mesa, dice uno de los triunviros, pero de entrada, por orden del jefe, excluyen hablar de las pensiones, de la reforma laboral, de la subida del IVA y del plan de austeridad recientemente aprobado. Una bella instantánea de la flor y nata de la partitocracia española que busca desesperadamente el consenso, aparenta ante los ciudadanos que por fin se mueve para atajar todos los males económicos que padecemos y moldea una imagen que servirá de coartada perfecta al equipo gobernante para buscar cómplices en esta situación y así no cargar con todo el peso del fracaso. Entre las conclusiones de esta reunión se incluye el trazado de una hoja de ruta que lleve necesariamente a un acuerdo porque no imaginan otro escenario posible (dice otro triunviro). Para ello volverán a redactar el borrador y lo irán comentando con cada grupo de forma bilateral. Posteriormente se reunirán en pleno para consensuar un documento fruto de las reuniones bilaterales y lo llevarán al Congreso y allí se volverá a discutir. Todo esto nos recuerda la frase de Napoleón: “Si quieres que algo sea hecho, nombra un responsable. Si quieres que algo se demore eternamente, nombra una comisión”. "A pure theory of democracy" Publicada la traducción inglesa de "Frente a la gran mentira"