En el debate político nacional se escucha con frecuencia la frase “pacto de Estado” para acometer los problemas derivados de una fallida Constitución como si fueran temas de acuerdo entre partidos políticos y no materia constitucional de la libertad política de los ciudadanos. Todos los partidos políticos están de acuerdo en que se necesita un pacto de Estado para resolver el problema de la financiación local de los municipios, al que consideran el primer factor causante de la corrupción en España. Dicen los partidos que la causa de esto está en que las Autonomías no han sabido transferir a los municipios las competencias y los fondos sustraídos al Estado, una prueba más de la centralización regional que los barones de partido han llevado a cabo escudándose en el sistema proporcional de listas y en la Constitución, para crear su pequeño feudo oligárquico. Del mismo modo que los partidos políticos, la comunidad científica apela a un pacto de Estado para obtener la estabilidad para el desarrollo y la independencia política de la ciencia; y la comunidad educativa llama al suyo para resolver la estrambótica situación creada por la pedagogía sin contenidos ni verticalidad, sin saber que donde hay pacto de partido no puede haber solución de Estado. Confusión reveladora del carácter estatal de los partidos de la monarquía juancarlista. Un pacto entre partidos es necesariamente un consenso secreto y temporal sometido a la inestabilidad del interés por alcanzar el poder a través de alianzas tan promiscuas como desleales. Una solución de Estado, por contra, implica que la sociedad civil, a través de la libertad constituyente, es capaz de establecer las reglas constitucionales que le permitan desarrollarse bajo la estabilidad del imperio de la ley, la libertad y la democracia. En unas semanas, los suizos votarán sobre si incluir la prohibición de construir minaretes en Suiza en su constitución o no. Es uno de los múltiples referéndums nacidos de la libertad constituyente de la sociedad civil que este pueblo posee. En España, debemos dar el salto cualitativo hacia la libertad y desterrar el pacto de Estado del vocabulario político, sustituyéndolo por el de solución de Estado, para poder así abrir un período de libertad constituyente que permita devolver las competencias a los municipios que les han sido usurpadas por las Autonomías y para que el desarrollo científico y educativo del país se conviertan en materias constitucionales con independencia del compromiso y visión del partido en el poder. "A pure theory of democracy" Publicada la traducción inglesa de "Frente a la gran mentira"