Si después de superar la primitiva Europa económica de los seis Estados fundadores del Mercado Común; si después de haberse disuelto los Estados totalitarios del Este; si después de la creación de una sola moneda y un solo Banco emisor para los países integrados en la Unión; si después de haberse alcanzado en ellos un nivel de vida homogéneo y unos planes de sanidad, educación y asistencia estatal homologables; si a pesar de esos signos de evidente conjunción social de los pueblos europeos, las tres instituciones de gobierno de la UE, Consejo, Comisión y Parlamento, no han cesado de mostrar, especialmente durante la última década, su creciente incapacidad para avanzar hacia la unidad política, con una Constitución que, aún no siendo democrática, fuera comprendida y apoyada por la mayoría de los europeos, ya no se puede seguir ignorando que algunas causas comunes muy profundas están impidiendo la unidad de Europa. Y nadie habla de ellas ni las busca. Para algunos analistas la gran dificultad reside en la existencia de una veintena de idiomas diferentes. Pero éstos olvidan dos factores experimentados. Uno, que cuando los EEUU lograron federarse en un solo Estado se hablaban más de cincuenta lenguas, algunas tan exóticas como la china y la japonesa, aunque la inglesa fuera dominante, sin que existiera tecnología de traducción simultánea. Obstáculo superable, como se ve en la integración lingüística de los emigrantes. Y otro decisivo, que los habitantes de los EEUU tenían precisamente lo que a los de Europa les falta, libertad política. Las causas del fracaso de la UE son las mismas que impiden el acceso a la libertad política de los gobernados en cada uno de los Estados nacionales. El método para descubrirlas es sencillo. Analizar los obstáculos que se oponen en el interior de cada Estado a la libertad política y comprobar que, salvo el 1º en UK y Francia, son los mismos en todos ellos. Los principales escollos que se oponen a la libertad política en Europa son: 1º. Sistema de sufragio proporcional, constitutivo de la Partidocracia. 2º. No separación de los tres poderes estatales, constitutiva de la corrupción generalizada. 3º. Nacionalismos regionales como reacción contra el nacionalismo central, constitutivos de discriminación lingüística y cultural. 4º. Incultura sobre libertad y autoridad, en los Estados de Partidos que sucedieron al Estado totalitario, constitutiva de la demagogia como ersatz de la democracia. 5º. Concepción del progreso como evolución social contra Natura, constitutiva del desprecio social a la inteligencia y a la investigación. florilegio "Culpar al vecino de las desgracias familiares, típico de las culturas tribales, sigue siendo efecto de la envidia y causa de los nacionalismos actuales."