Primero.- El Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional condena con firmeza el comportamiento inmoral, traicionando su supuesto compromiso con la nación, de Juan Carlos I y, asimismo, condena la complicidad en este hecho del rey Felipe VI, del Gobierno y de toda la clase política del Estado de partidos, Estado en el que la libertad política de los españoles está secuestrada por los jefes de partido estatalizados (subvencionados por el Estado).
Segundo.- No se trata de corrupción en el Estado de partidos, sino de corrupción del Estado de Partidos. El actual régimen monárquico no surgió de la libertad constituyente (periodo en que el pueblo elige la forma de Estado y de gobierno mediante elección de representantes que redactarán la Constitución) sino de pactos secretos con la carta otorgada de 1978. Y sólo pudo nacer y sobrevivir gracias a la corrupción (moral en un principio, después política y económica) que toda la oligarquía política, los partidos políticos y la jefatura del Estado han practicado desde el mismo momento de la muerte del dictador Francisco Franco, con la complicidad de los grandes medios de comunicación que durante años ocultaron a los ciudadanos lo que hoy empiezan a publicar tímidamente.
Tercero.- La corrupción de Juan Carlos encabeza un régimen que nace y sobrevive gracias a la corrupción.
Cuarto.- Este escándalo es una consecuencia más de la total ausencia de democracia formal que estamos sufriendo en España: la nación está secuestrada por los jefes de los partidos financiados por el Estado, los cuales tienen la potestad de legislar, gobernar y juzgar. Los ciudadanos no tienen posibilidad de elegir a su diputado de distrito (legislativo) ni votar directamente al Presidente del Gobierno (ejecutivo). Son los jefes de partido los que designan diputados, pactan gobiernos y se reparten los sillones del Consejo General del Poder Judicial. Esto demuestra la falta de una de las condiciones imprescindibles para que un sistema sea democrático: la separación de poderes y la independencia judicial.
Quinto.- Por último, el MCRC, como ya hiciera su fundador, Antonio García-Trevijano, hace un llamamiento a todos los españoles comprometidos con la libertad política colectiva, para unirse y trabajar por un proceso de ruptura con este régimen, hasta instaurar la República Constitucional, aquella en que haya democracia con separación de poderes en origen, representación de los ciudadanos mediante diputados de distrito, elección directa y a doble vuelta del presidente, y en la que quepan todas las ideologías.