La misión conjunta de inspectores enviada a Grecia por el BCE, el FMI y la Comisión Europea, la troika, ha transigido con el Gobierno griego, y ha aprobado la entrega de 8000 millones de euros correspondientes a la última parte del primer rescate para aliviar sus necesidades financieras, aunque el máximo déficit público pactado debería equivaler a finales de 2011 al 7,6% del PIB, y la última previsión lo sitúa por encima, en el 8%. Aunque el Gobierno griego está cumpliendo las medidas de austeridad pactadas como condición para ejecutar el rescate, despido de funcionarios, reducción de prestaciones de jubilación, etc., sus efectos no son suficientes para alcanzar el objetivo pactado con la troika. Es obvio que alcanzarlo es una cuestión de voluntad, pero también de coraje porque el deterioro en la economía sería aún más agudo y estaría en riesgo el orden público si no existe un plan claro de salida, una solución que incluya rescatar también a los griegos. El señor Rajoy, que seguramente será el próximo presidente del Gobierno de España sin que lo elijan los españoles, ha anunciado como línea de su programa de gobierno, si gana el PP, cumplir a rajatabla con el objetivo de techo para el déficit público y ejecutar cuantos planes de ajuste envíen desde Bruselas. En tal caso, los recortes presupuestarios provocarían en la ya maltrecha economía un retroceso tan importante que podría llegar a incrementar la cifra de parados en otro millón antes de mediada la próxima legislatura. Con las movilizaciones previsibles de los sindicatos, como estamos viendo con las huelgas de la educación, que van dirigidas contra el PP en lugar de luchar contra la partidocracia al completo de la que ellos forman parte como órganos estatales, y la economía real desintegrándose, el señor Rajoy quizá comprenda que en vez de presumir de alumno aventajado de la clase ante Bruselas, estaría haciendo el tonto si aplica los recortes exigidos, porque la manera de seguir con el juego europeo, como demuestra Grecia, es garantizar el continuado incumplimiento de lo pactado con Europa.