Los analistas europeos continúan analizando las situaciones internas de los partidos políticos como lo hacían antes de la guerra mundial, cuando no eran órganos del Estado. Entonces, los problemas ocasionados por el control de las organizaciones partidistas, estuvieran en el gobierno o en la oposición, traducían en divergencias ideológicas las ambiciones encontradas de sus dirigentes. Hoy, la naturaleza estatal de los partidos determina que sus crisis internas, manifestadas como luchas personales por el poder, traduzcan situaciones de crisis no ideológicas en el Estado de Partidos, cuya naturaleza oligárquica y socialdemócrata imprime carácter a todas sus instituciones. La socialdemocracia no es un a ideología, sino un expediente de gobierno de los Estados asistenciales. La actual crisis del PP tiene, por ello, la categoría de una crisis de Estado. El gobierno necesita de una oposición estable, como ésta de un gobierno inestable. La causa de lo que está pasando en el aparato dirigente del PP nos permite comprender el alcance de la imbricación de los medios de comunicación en la idiosincracia socialdemócrata del Estado de Partidos. No es accidental que sea un factor externo -concretado en la ambición empresarial y cultural de los directores de El Mundo y la COPE- quien haya creado y alimentado la crisis interna del PP, dando tintes liberales descoloridos, por imposibles, a lo que sólo es un intento de controlarlo desde fuera, a fin de que se siga creyendo tanto en la falsedad de que fue apartado del Gobierno por la intervención de ETA en el atentado de Atocha, como en el error táctico de que solo puede volver a él si no cesa de situar el eje de su acción opositora en la negación sistemática, con razón o sin ella, de toda acción gubernamental. El congreso del partido, que confirmará la dirección autoritaria de Rajoy, no puede resolver una crisis ocasionada por elementos exógenos al Estado de Partidos, bajo el que han triunfado como periodistas y como explotadores de las licencias audiovisuales que les ha concedido. Una crisis que se mitigará o disimulará, tan pronto como el oportunismo empresarial de los medios que la han provocado se pliegue al hecho de que han de contar, durante cuatro años más, con el aparato dirigente creado por el franquista Fraga y su heredero Aznar. florilegio "Las crisis políticas actuales no son como las de la salud. No alteran el estar social. Reflejan la crónica dificultad de ser partido en el Estado de Partidos. El consenso, antipartidista, la oculta mejor que la remedia."