Enigma resuelto: Ciudadanos es el partido del progre que sabe decir “vilificar”, aunque un homeópata como Toni Roldán, en la barra de Embassy y a la tercera copa, podría llegar a decir “resiliencia”, que con el empoderamiento y la gobernanza del prograjo de toda la vida dan para surfear las últimas olas socialdemócratas.
–Felicidades a Soros, merecida persona del año del Financial Times por su incansable trabajo por la libertad y las sociedades abiertas, que le ha expuesto a ser vilificado por lo peor de nuestras sociedades –tuitea Garicano, apellido de resonancias gubernativas en el franquismo, tú sí, tú no, con el Fuero de los Españoles en mano, como ahora, con la Constitución “que con tanto trabajo nos dimos todos” también en mano, hace Rivera.
¡Vilificados por el fascismo, pero empoderados por la centralidad, marchemos francamente por la resiliencia hasta la gobernanza final!
Esto de “vilificar” es como la “vividura”, que rima con caradura, de Américo Castro, pero viene del latín, un latín que se resiste por sus anacolutos, elipsis y endíadis, reproche de los críticos al latín de San Benito.
La de Garicano a Soros es felicitación entre antiguos alumnos de la London School, que es decir entre filántropos (en los ambientes finos, la socialdemocracia, por si se les colara algún obrero, recibe el casto nombre de filantropía): Soros fue el mayor donante de Hillary Clinton (“es que si ganara Trump se hundiría la Bolsa”), y Garicano quería quitarnos el Ave, que también es dar, siquiera por donde amargan los pepinos, muy lejos, eso sí, del donante mayor, Sánchez, el tipo que se estrenó en La Moncloa recibiendo a Soros, y que ahora en Barcelona, con un espectáculo de alta traición muy nuestro, ha hecho la Donación de Constantino a Torra Pla, que tanto nos vilifica.
De la grandeza de los personajes da una idea la confidencia de Verstrynge a Dragó: Soros contribuiría con algunas perrillas a la gacetilla liberal de Escolar, el Gramsci de Torresandino.