Tras la guerra árabe-israelí que se desarrolla en 1948, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) crea en 1949, con la resolución A/RES/302 (IV), la agencia encargada de prestar ayuda humanitaria a todos los palestinos desplazados por la guerra. UNRWA, promovida por Israel y Estados Unidos (EEUU), y fuertemente financiados por países de la Unión Europea (UE), es la única agencia de la ONU cuya área de actuación se circunscribe exclusivamente a una sola región del mundo.
A lo largo de las última décadas, han ido surgiendo acontecimientos y denuncias importantes que evidenciaban cómo la organización podría estar siendo instrumentalizada por parte del fundamentalismo islámico, tanto en términos de financiación como de adoctrinamiento. Así es como vemos que en 2017, la organización no gubernamental y sin ánimo de lucro UN Watch, con sede en Ginebra (Suiza), que tiene como misión auditar de forma independiente la labor de la ONU, denuncia en un informe cómo 40 profesores de UNRWA se dedicaban en la red social Facebook a difundir mensajes de odio antisemitas e incitando acciones terroristas. La organización introduce su informe textualmente con el siguiente párrafo:
«Los ejemplos de incitación en este informe incluyen a profesores y personal de UNRWA celebrando el secuestro terrorista de adolescentes israelíes, vitoreando el lanzamiento de cohetes contra centros civiles israelíes, respaldando diversas formas de violencia, borrando a Israel del mapa, alabar a Hitler y publicar su foto, y publicar vídeos abiertamente antisemitas, caricaturas, y declaraciones».
Tras el terrible atentado del 7 de octubre de 2023, Israel emite un informe, en el que muestra evidencias de cómo 12 miembros de UNRWA habrían participado directamente en el atentado, lo que definitivamente hace reaccionar a los principales países donantes (tras suspensiones temporales de fondos en años anteriores) y que sumaban cerca del 89% de los ingresos de la organización. Esto ha supuesto un duro golpe para las finanzas de UNRWA, hasta tal punto de poner en grave riesgo su subsistencia, lo que ha provocado que —como buenos tontos útiles bajo el mandato de un gobierno no electo por la mayoría y sin mecanismos de control—, España haya donado una partida extraordinaria de 3,5 millones de euros; a diferencia de países como Suecia que, en una decisión más sensata, abordaron esta crisis reorientando las aportaciones que ya hacían hacia otras ONGs de actuación internacional, que están presentes también en la zona.
Más recientemente, en EEUU, haciendo gala de esa libertad política fundadora que dio origen a los mecanismos de control del poder en una democracia y que los repúblicos, desde el MCRC (Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional), defendemos para España, es donde UN Watch ha presentado otro informe este mismo año para exponer al pueblo norteamericano lo que está sucediendo con el dinero que sus representantes políticos aprueban en el Congreso a este respecto; siendo en el mencionado auditorio donde el director ejecutivo Hillel Neuer lo expone ante la Comisión de Asuntos Exteriores, Subcomisión de Derechos Humanos Mundiales y Organizaciones Internacionales. En en este informe se detalla cómo en un grupo de unos 3000 miembros de la aplicación de mensajería Telegram, de los cuales muchos de ellos serían profesores pertenecientes a UNRWA, al menos 30 habrían estado celebrando el atentado del 7 de octubre y apoyando el terrorismo de Hamas.
Hasta ahora, todas las pruebas y denuncias que se presentaban podrían resultarnos localizadas y aisladas en el tiempo, posiblemente no suscitando mayor importancia ante los ojos de muchos, teniendo en cuenta que UNRWA ha actuado en todas ellas expulsando a las personas que estuviesen implicadas. Sin embargo, las acusaciones que ha vertido esta semana Israel, acompañándolas de evidencias visuales, de confirmarse, resultarían de máxima gravedad, al manifestar lo que no puede ser otra cosa que una complicidad total con Hamas, pues estaríamos hablando de túneles utilizados por la organización terrorista que, al parecer, pasarían bajo algunos de los centros de la mencionada agencia de la ONU, y que se suman a los que ya se encontraron bajo el enclave neutral de Al-Shifa; uno de los hospitales más importantes de la Franja de Gaza.