(Fuente: Eumed.net) El Gobierno norteamericano ha decidido bajar los tipos de interés hasta cerca del 0%, un nivel sin precedentes, que le deja casi sin margen para seguir utilizando el precio del dinero como instrumento de reactivación, pero cuya pretensión es que los empresarios encuentren atractivo emprender nuevos proyectos de inversión con financiación barata y los consumidores se animen a realizar compras de productos a crédito sin miedo a los costes de la devolución del dinero, pensando que así se animará la actividad económica. Por otro lado los ahorradores, que esperan retornos atractivos a su dinero invertido, ante estos tipos de interés tan bajos prefieren tener su dinero en efectivo y no invertirlo. Esta actitud negativa ante la inversión puede provocar que las recesiones sean aún más severas. En estas circunstancias la sociedad cae en la trampa de la liquidez (Keynes): cuando la tasa de interés nominal es muy baja, la curva de la demanda de dinero es muy elástica y las variaciones en la oferta monetaria (O1, O2) no tienen ninguna eficacia. En este panorama la autoridad será incapaz de estimular la economía con las herramientas tradicionales de la política monetaria, pues solamente le queda recomprar los bonos y las letras de las empresas y los suyos propios. ¿Cuál será la medida siguiente, regalar dinero? Locura monetaria: El Estado primero compra estos bonos y cédulas bancarias para dotar de liquidez a las empresas y familias; y después ofrece bonos y letras para llevar a cabo inversiones públicas que estimulen la economía. La desconfianza de los inversores americanos ha llegado a tal grado que el Tesoro ha efectuado una subasta de 30.000 millones de dólares en letras a tres meses con rentabilidad nula, tipo de interés cero, y han sido inmediatamente absorbidas. Ante tal avalancha de peticiones, algunas instituciones han solicitado bonos y letras del Tesoro con rentabilidad negativa, es decir, están dispuestos a pagar comisiones con la única finalidad de tener el dinero seguro.