Estamos tocando fondo. El Estado y los medios de comunicación están persuadidos desde hace tiempo de que tienen derecho a establecer qué podemos pensar y decir. Pero nos hemos hundido aún más en esta tiranía del pensamiento único que prohíbe la discrepancia y condena la disensión.
Un Juzgado ha prohibido que se pueda decir en público que la naturaleza ha dotado a todos los seres vivos de órganos sexuales para que se reproduzcan y perpetúen la especie a la que cada ser vivo pertenezca. Esto, y no otra cosa, es la prohibición de que circule el autobús que dice que los seres humanos nacen con genitales.
Este asunto, que nace de una estupidez superlativa, se ha convertido en una cuestión capital. Si un Juzgado tiene capacidad de prohibir la circulación de un autobús por llevar la leyenda “Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva”, ¿qué impide a ese Juzgado detener y privar de libertad a una persona por decir lo mismo? Nada. El próximo puede ser usted. Estamos tocando fondo.