Sergiu Celibidache (foto: blue97.chiu719) Sergiu Celibidache El director de orquesta y compositor rumano Sergiu Celibidache (1912-1996) nació en Roman (este de Rumanía) el 11 de Julio de 1912. Hijo de una familia humilde, pero bien acomodada, con dieciocho años recién cumplidos se escapa de casa tras una fuerte discusión con su padre, el cual quería que el joven se dedicase a la política o la abogacía debido a las altas capacidades intelectuales que ya desde muy pequeño mostraba. El deseo incontenible y fervoroso de Celibidache por dedicarse a la música le costó la huída de su hogar familiar y no volver a ver nunca más a su padre.   En la universidad de Bucarest comenzó los estudios de matemáticas, filosofía y, por supuesto, música. Más tarde, en 1936 -dos años después de la ruptura con su padre- se trasladó a París y después a Berlín para continuar con su formación en las tres especialidades. Durante estos años de estudios en el Berlín de Adolf Hitler, en plena II Guerra Mundial, escondido en la vivienda de unos tranviarios y pasando penurias (1) , tres personalidades marcaron definitivamente el desarrollo artístico e intelectual de Celibidache: Heinz Tissen (profesor de composición en la Friederich-Wilhelm Universität de Berlín), Wilhelm Furtwängler (el entonces director de la Filarmónica de Berlín) y Martin Steinke (monje budista que presidía el centro budista de Berlín).   Una vez acabada la guerra, la vida musical de la ciudad debía retomar su actividad. La Orquesta Filarmónica de Berlín volvió a reconstituirse como tal para ofrecer conciertos de nuevo. El problema fue que su director, Wilhelm Furtwängler, fue condenado por los norteamericanos a un proceso de desnazificación de cuatro años, durante los cuales se le prohibió ejercer cualquier tipo de actividad pública. Ésta fue la oportunidad del joven Celibidache, que al enterarse de dicha situación se presentó a las audiciones que la orquesta convocó para encontrar nuevo director y las ganó. De la noche a la mañana un desconocido rumano que apenas había dirigido el coro de tranviarios de la ciudad se convirtió en el nuevo director de la Orquesta Filarmónica de Berlín.   Los años al frente de la Filarmónica de Berlín le supusieron un éxito rotundo. En poco tiempo Celibidache se convirtió en el director más aclamado de Alemania, así lo avalan las cifras: más de cuatrocientos conciertos en cuatro años al frente de la orquesta, fama, dinero, reconocimiento y honores de Estado… Además, ya en este tiempo empezó a recibir invitaciones de Londres, Roma y París. La vida sonreía al rumano hasta que un día, en 1952, su mentor y más admirado maestro, Heinz Tissen, hizo una crítica demoledora tras escuchar uno de sus conciertos: “no has entendido nada” le dijo el viejo maestro a Celibidache. Estas palabras cambiaron de forma definitiva y para siempre el rumbo de su carrera; apartado de todo y todos volvió a estudiar los principios más básicos del fenómeno musical y es aquí donde se comenzó a fraguar el gran legado que nos dejó. A partir de los años 60 y hasta 1979 Celibidache desarrolló las bases y los principios de lo que hoy en día conocemos como Fenomenología de la música. Partiendo del pensamiento husserliano, el director rumano ha sido el primero en observar las leyes intrínsecas del proceso musical (2) y cómo éstas tienen una influencia decisiva en la manera en la que la consciencia humana escucha. Podríamos decir que la Fenomenología de la música es el estudio del sonido-entendido como materia prima- y cómo éste puede devenir en música: bajo qué circunstancias, que leyes rigen este proceso y cómo reacciona la consciencia ante este fenómeno.   La consecuencia de esta aproximación a la música es revolucionaria: la arbitrariedad de las interpretaciones personales, basadas en “estados de ánimo”, inspiraciones superfluas o extramusicales –que han invadido el mundo musical actual-desaparece para dar paso al descubrimiento de la realidad de la pieza, la cual que puede ser vivida y compartida por todos-ejecutantes y oyentes. De esta manera pues, el acto de creación musical verdadero tiene lugar cuando “yo me puedo encontrar en ti y tú te puedes encontrar en mi”. Este principio es el conocido como Intersubjektive Betreffbarkeit.   Así como Celibidache constituyó una ciencia musical, a Antonio García-Trevijano le debemos la constitución de una ciencia política, ambas revolucionarias y sin precedentes en la historia. Los dos han permanecido toda su vida independientes, consecuentes y fieles a la verdad, descubierta por ellos mismos en las dos disciplinas. Su legado determinará el desarrollo cultural y político de las próximas décadas.   1. Además de su origen gitano, Celibidache podría haber sido llamado a filas por el ejercito rumano en cualquier momento, ya que había realizado el servicio militar obligatorio en Bucarest. Este hecho le hubiera truncado para siempre su carrera. Cuanto mas duraba la guerra, mas evidente se hacia ese peligro, especialmente a partir del mes de agosto de 1944, cuando Rumania cambio de posición y también declaro la guerra a Alemania, haciendo de su país de acogida un país enemigo. A pesar de todo nunca quiso huir de Berlín, su formación y su vocación estaban por encima de todas esas dificultades.   2. Traducido del alemán: Gesetzma?igkeit des musikalischen Geschehens.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí