Dimitió un minuto antes de que lo echaran o le enseñaron la puerta. Cada medio de comunicación tiene su propia versión sobre el asunto. Incluso se piensa que el ex vicepresidente económico de Aznar y ex director del Fondo Monetario Internacional se va de motu propio por dignidad. El Sr. García Trevijano, por el conocimiento que posee del propio personaje y sobre todo de su padre, el empresario Ramón Rato, cree que mucho de lo se escucha o se lee en la prensa es falso: “Rato tiene suficiente orgullo para luchar hasta el penúltimo minuto por mantenerse en la Presidencia del nuevo banco”.

“Él quería estar en Bankia, ambicionaba su presidencia, la solicitó, luchó por obtenerla y solamente ha dimitido cuando comprendió que Rajoy lo echaría  si no dimitía. No es cierto que ha dimitido, como él ha declarado, para que no se vea que el Gobierno favorece a un banquero del PP. Ha perdido la batalla, ha jugado muy fuerte, existía una presión descomunal de Bruselas sobre el Ejecutivo español para que se resolviera el problema de Bankia. Los medios no intuyeron la raíz personal del problema.  La prensa ignoraba la naturaleza de la batalla. No conocía los nombre propios que el Gobierno barajaba, para resolver la cuestión con un recate de siete mil millones de euros. Todo permaneció secreto hasta que se conoció que el nuevo Presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ex consejero delegado del BBVA, será quien realice lo que Rato  no podía obtener: el saneamiento de Bankia”.

El abogado Antonio García Trevijano y el empresario Ramón Rato se conocieron hace muchos años en Alicante. El padre del dimitido presidente de Bankia era un hombre simpático, muy extravertido. Disfrutaba en el barco chino anclado en el puerto de la ciudad. El jurista le asesoró en varias ocasiones, y no piensa que Rodrigo Rato fuera “el hijo tonto” dedicado a la política porque no servía para la vida empresarial como sus hermanos, “eso sólo es un tópico social que casi siempre acompaña al hijo más conocido de padres triunfadores como empresarios. Rodrigo Rato es un hombre inteligente y trabajador, meticuloso y serio. Es posible que su gran ambición haya sido superior a sus capacidades”. El hecho de haber sido responsable del FMI, uno de los puestos más importantes del mundo del que también dimitió, así lo acredita.

A nadie se le escapa que Rato quiso ser presidente del Gobierno en lugar de Mariano Rajoy, pero el dígito de Aznar no lo eligió y él no fue capaz de suscitar los apoyos que pudieran revocar esa decisión, como cuenta Federico Utrera en su libro “Los Leones del Congreso” (La Esfera de los Libros). Como todos los políticos, Rato tiene una ambición desmedida, que se ha vislumbrado en el duro pulso que han mantenido con el Gobierno de Rajoy. Y aunque el presidente del Gobierno sigue siendo el que era, en esta tesitura se ha inclinado por Bruselas en lugar de hacerlo por Rato.

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