Si el periodismo consiste en contar lo que alguien quiere que sea ocultado a los ciudadanos, ¿por qué todos los medios de comunicación se hacen eco todos los meses de los datos de desempleo que publica el Gobierno?
La Encuesta de Población Activa (EPA) hecha pública por el Instituto Nacional de Estadística a fin de enero estableció el número de parados en España en 4,2 millones de personas. Ahora el Gobierno da sus cifras de enero: 3,7 millones de desempleados. La diferencia no es de unos cuantos miles, sino de medio millón de personas. Aquí hay un engaño.
Todos los medios son perfectos conocedores de que las cifras de desempleo que facilitan las CCAA y el Gobierno central no se corresponden con la realidad. Han creado trucos que dan cobertura legal a la manipulación de las cifras reales de paro. Por ejemplo, un desempleado que esté realizando un curso de formación deja de computar como parado. Sigue sin trabajo, pero ya no cuenta.
Periodismo es romper esta inercia y denunciar cada mes el fraude de esta estadística. El periodismo puede recuperar el prestigio perdido. Pero para ello tiene que hacer periodismo, no propaganda.