Las próximas elecciones generales están al caer. En Podemos lo saben y ya tienen nuevo mensaje: la trama. Han hablado de casta; de los de arriba y de los de abajo; y ahora de una trama. Hueros de ideas y ahítos de ambición de poder, cambian de discurso como el gallo de la veleta cambia de dirección, a favor del viento que sopla. ¡Qué formidable fortaleza en sus principios!
¿Qué tienen en común todos estos términos? Cada uno de ellos identifica a un colectivo al que Podemos dice combatir. Pero sucede que su participación en el fraudulento juego político del 78 les convierte automáticamente en parte de aquello que dicen combatir. Y lo solucionan cambiando el discurso y adoptando una terminología que establece una distinción entre ellos y todos los demás. Dado que ahora ya son casta y son parte de los de arriba, se acabó hablar de ello.
“La trama” es una expresión con la que Podemos lanza los siguientes mensajes al ciudadano: nosotros tenemos la legitimidad para tomar el poder porque sólo nosotros somos el pueblo; si no tenemos el poder es porque existe una conjura para impedirlo; esta conjura está oculta; es invisible, pero tiene resultados visibles. Sin embargo, Podemos jamás concretará los nombres de los participantes de esa trama ni sus acciones por la sencilla razón de que esa trama es una ridícula operación de márketing; en lugar de ello desvariarán atribuyendo a esa trama hasta los delirios que los locos enumeran de cabalistas, cátaros, templarios, rosacrucianos, jesuitas, masones, illuminati, sabios de sión…
¿Por qué hablan ahora de una trama? La causa está en el Brexit, en la victoria de Trump y en la más que previsible de Le Pen en Francia. Han identificado, acertadamente, que estos hechos son el resultado de la rebelión de los electores contra el establecimiento (lo que en inglés se conoce como el ‘establishment’), que es la red de intereses cruzados –que, inevitablemente, prospera como un tumor alrededor del poder– de la que forman parte las elites industrial, financiera, mediática y política y que debe ser extirpada periódicamente. Se han subido al carro ganador del hartazgo hacia el establecimiento y lo hacen desde el mismo establecimiento. Podemos es lo que dice combatir. Podemos es trama. Podemos es establecimiento. ¿No es evidente?