La derrota de los conservadores y de los socialistas en Grecia ha provocado primero un desorden parlamentario, pues siete partidos aspiran a formar un Gobierno de coalición, entre ellos Amanecer Dorado, que se autoproclama neonazi.
La opinión común cree que el fracaso de Grecia es el fracaso de la Unión Europea. Los dirigentes europeos piensan que si los griegos se salieran del euro, sería una catástrofe. Es un mensaje apocalípticos. Lo contrario sería más cierto.
El euro se creó sin las condiciones económicas para darle estabilidad. La política fiscal homogénea, una legislación igual sobre la recaudación de impuestos e idéntica política presupuestaria eran condiciones sine qua non. Sin eso, el mantenimiento del euro se hace artificial y tanto Grecia como Italia, Portugal, Irlanda o incluso España pasan algo más que dificultades. El Reino Unido posee una situación privilegiada, porque está fuera del euro y dentro de la UE.