La crisis económica parece devorar a los Gobiernos a una velocidad de vértigo y ya apenas ninguno puede presumir de mantenerse en el poder al menos dos legislaturas, tal y como ocurría en el siglo XX. Pero también sucede lo mismo con la oposición. Si Sarkozy ha sido el 19º dirigente europeo que ha perdido las elecciones en estos últimos cuatro años, también en el País Vasco se ha movido el suelo.
Ha sido el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, quien ha anticipado que dejará de sostener al lehendakari socialista Patxi López, tras el anuncio del lehendakari de recurrir al Tribunal Constitucional las medidas restrictivas adoptadas por Mariano Rajoy en Educación y Sanidad. Además, el País Vasco se encuentra en este momento en un largo y oscuro proceso de liquidación de la banda terrorista ETA, que parece estar dando sus últimos pasos antes de anunciar su disolución. El acercamiento de los presos etarras está en la balanza y ya se ha puesto en libertad a dos de ellos, Fernando de Luis Astarloa y José Manuel Fernández Pérez de Nanclares, tras su público arrepentimiento.
Mientras el PP vasco pide elecciones anticipadas, el PSE duda entre su convocatoria o la sustitución de un nuevo pacto de Gobierno con el PNV y la izquierda abertzale, bien sea con una coalición dentro del Ejecutivo o su apoyo desde fuera del mismo. Tanto la gestión de la crisis económica como el proceso de disolución de ETA serán los dos factores que decidan un nuevo ejecutivo vasco.