El Gobierno ha aprobado el anteproyecto de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera con Cristóbal Montoro ejerciendo de maestro de ceremonias. El titular del Ministerio de Hacienda ha presentado, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, los principales aspectos del anteproyecto, que busca la contención del gasto en las Comunidades y obligará a las autonomías a conseguir déficit cero o superávit a partir del año 2020.
El Gobierno central se ha propuesto controlar el gasto de las Comunidades Autónomas desde la misma confección de sus presupuestos autonómicos: finalmente las comunidades tendrán que enviar las grandes líneas de sus presupuestos autonómicos al Gobierno central antes de aprobarlos. Además, todas las administraciones deberán aprobar un techo de gasto similar al que ya aprueba la Administración Central consistente con el “criterio de sostenibilidad presupuestaria.”
Cristóbal Montoro explicó que el anteproyecto de Ley introduce la deuda pública “como criterio de sostenibilidad presupuestaria”, que no podrá superar el 60% del Producto Interior Bruto (PIB). Por otra parte el gasto público no podrá superar la tasa de crecimiento del PIB y “ninguna podrá incurrir en déficit estructural salvo en situaciones excepcionales como “como catástrofes naturales, recesión económica o situación de emergencia extraordinaria.”
Además el Gobierno establece sanciones a las comunidades que no cumplan con el objetivo marcado de déficit, en cuyo caso deberán “constituir un depósito retribuido del 0,2% de su PIB nominal, que a los seis meses podrá convertirse en multa si persiste el incumplimiento. A los nueve meses, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas podrá enviar una delegación para valorar la situación económico-presupuestaria de la Administración incumplidora.”
Según Montoro la citada delegación no será “amable” ya que se trata de una forma de intervención de las cuentas públicas, pero no será una suspensión de competencias autonómicas sino algo similar a las intervenciones de la Unión Europea: “Se trata de trabajar en paralelo, ver los deberes y hacer los ajustes necesarios”, añadió.
