El pasado 10 de diciembre se produjo en Madrid la Asamblea Nacional del Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional. Reunidos cientos de repúblicos de toda España, el programa de actos propuesto para esa jornada tenía un hito muy esperado por todos: el discurso de apertura de la asamblea por parte del fundador del MCRC, Antonio García-Trevijano.
Emocionado y feliz por el encuentro con tantos ciudadanos partidarios de conseguir por fin la democracia en España, Trevijano enunció un discurso que definió la meta del MCRC: la libertad colectiva. Con partes de su intervención leídas, algo completamente inusual en el pensador pero motivado por la emoción del momento, apeló a la rebelión contra la “servidumbre voluntaria” que impone el consenso en política.
Recordó que una vez alcanzado el objetivo del MCRC, materializado en un período de libertad constituyente que concluya con la proclamación de una constitución que pueda denominarse como tal (separación de poderes y elecciones representativas), llegado a ese objetivo habría que disolver la asociación. Esto es así, explicó Trevijano, porque “el MCRC no busca el poder” sino la libertad de todos, la libertad colectiva.
La manera en la que el movimiento ciudadano quiere conseguir este fin es mediante un cambio en la hegemonía cultural en todos los ámbitos de creación y difusión de las ideas sobre libertad política colectiva como fundamento de todas libertades individuales o derechos personales. La presencia en el ámbito de creación de las ideas políticas, ha dicho el presidente del MCRC, está siendo requerida más allá del ámbito de las redes sociales. Hay que recordar que la figura de semejante pensador en España está vetada en los medios de comunicación y, no obstante, ha podido ser oída por millones de internautas de todo el mundo gracias a la difusión por la Red.
El discurso concluyó con una llamada a la audacia, recordando a Danton («De l’audace, encore de l’audace, toujours de l’audace »), y un estruendoso aplauso que se extendió durante varios minutos.