Esta afirmación no es una invención injustificada y sin pruebas de los repúblicos españoles que luchamos por una democracia representativa y la libertad colectiva.

Esta tesis la demuestro  documentalmente: por una carta del propio Marx al presidente de los EEUU en 1864 en la que resalto la defensa de los aspectos formales de la república democrática  de los EEUU en el  pensamiento de Marx.

Hasta ahora dicho texto se ha interpretado exclusivamente en sus aspectos materiales – de democracia material-, aspectos convenientes para la ideología de poder de uno y otro signo durante el siglo XX, es decir, que la carta de Marx consistía simplemente en el apoyo de Marx a  un  Lincoln  que, definitivamente, quería acabar con el esclavismo de los estados confederados del sur con una guerra, si era preciso.

Sin embargo, una hermenéutica científica y realista, como la que defiendo, no puede limitarse a uno de los dos aspectos del pensamiento político revolucionario de Marx.

 ¿Por qué no se ha hecho hasta ahora esta lectura política del texto marxista a pesar de estar ahí de una forma evidente?

La respuesta a esta pregunta tiene que ver con los mitos del pensamiento de los grandes filósofos que ha impuesto el pensamiento ideológico de la partidocracia europea y, antes, el pensamiento totalitario estalinista.

Y entre esos textos evidentes que no se quieren interpretar correctamente nos encontramos también  con los de Adam Smith- pero eso es otra cuestión que traté en un artículo anterior-

La carta  a Abraham Lincoln fue escrita por C. Marx entre el 22 y el 29 de noviembre de 1864, y la primera edición: En The Bee-Hive Newspaper, núm. 169, del 7 de enero de 1865.

La carta al presidente de los EEUU de América era el  mensaje de la Asociación Internacional de Trabajadores ( AIT) a A. Lincoln, con motivo de su segunda elección al cargo de Presidente,  y fue escrita por Marx de acuerdo con la decisión del Consejo General de la misma.

 En el momento más álgido de la guerra civil de los EE.UU., este “mensaje” tuvo mucha significación y comienza así:

“Muy señor mío:

Saludamos al pueblo americano con motivo de la reelección de Ud. por una gran mayoría.”

Carlos Marx está justificando, por tanto, que las elecciones  presidenciales de los EEUU es el modelo político correcto, de lo contrario no haría referencia a  la “reelección de A.Lincoln por una gran mayoría” o le pondría alguna objeción, cosa que no hace.

Se refiere Marx a la regla de la mayoría en una democracia representativa con separación de poderes entre el ejecutivo que es elegido en unas votaciones al efecto entre varios candidatos y el poder legislativo en otras al efecto. Reglas esenciales de la democracia representativa  y de la república constitucional para nosotros, los repúblicos.

La carta sigue aludiendo a un tema relacionado con la falta de democracia representativa: la esclavitud. La esclavitud, según mi interpretación, es también una cuestión política de la democracia representativa pues los seres humanos que no son libres de elegir su trabajo tampoco pueden ser libres de elegir a su candidato presidencial o de distrito.

Si bien la consigna moderada de su primera elección (de Lincoln como presidente de los EEUU) era la resistencia frente al poderío de los esclavistas, el triunfante grito de guerra de su reelección es: ¡muera el esclavismo!

Marx recrimina a Abraham Lincoln su  “reformismo” y tibieza ante la esclavitud en su primera campaña electoral pues Lincoln simplemente mostraba su resistencia al poder de los esclavistas de los estados del sur, pero Marx  hace tal recriminación  de una forma sustancial, es decir, su reproche  tiene un aspecto material y otro formal – hasta ahora todos los intérpretes se han centrado en el aspecto material; y felicita a Lincoln por su valentía e inteligencia  de  un buen director del Estado ( repúblico) con libertad política cuando elogia su “grito de guerra “en la reelección, es decir, el grito de guerra de “¡muera el esclavismo!”.

Grito que se debe entender como su oposición a la servidumbre voluntaria en el aspecto material del trabajo y democracia material, y, también, como su oposición a la servidumbre voluntaria en la elección democrática: los esclavos no podían elegir al presidente de la república.

Como vemos los lemas  o consignas de propaganda electoral a unas presidenciales en los EEUU eran bien claros y tenían que ver con el programa de gobierno de un presidente de una república democrática representativa como lo era ya EEUU. Consignas más significativos que los de ahora, como por ejemplo el de Obama: “ sí, podemos”.

La frase siguiente de Marx a Lincoln es bien clara sobre cómo entiende la lucha de la clase obrera un Marx en plena madurez de su pensamiento revolucionario:

Desde el comienzo de la titánica batalla en América, los obreros de Europa han sentido instintivamente que los destinos de su clase estaban ligados a la bandera estrellada

La clase obrera internacional, si es de izquierda verdaderamente, tiene que apoyar la democracia representativa y la libertad política de los EEUU.

Ese es el camino de la libertad colectiva y, por tanto, también el camino de la libertad de los obreros, la clase universal.

Ese era el pensamiento de Marx según mi investigación que se atiene a lo que el mismo autor afirma en sus escritos y que no obedece a las interpretaciones interesadas leninistas o marxistas posteriores o de las interpretaciones “burguesas y capitalistas” en el sentido ideológico de los términos.

Pero a esas frases de la carta de Marx al presidente Lincoln, que  ya serían suficientes para saber el carácter democrático representativo y repúblico de sus ideas, se añaden, unas cuantas líneas más abajo, las siguientes:

cuando en los mismos lugares en que había nacido por primera vez, hace cerca de cien años ( 1776), la idea de una gran República Democrática, en que había sido proclamada la primera Declaración de los Derechos del Hombre y se había dado el primer impulso a la revolución europea del siglo XVIII . ”

Antonio Muñoz Ballesta

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