En España hay poca memoria. Hace años, cuando Pablo Iglesias salía a los medios de comunicación, publicado, publicitado, como una novedad, lo hacía con una nueva cara, una nueva personalidad, de este Estado de Partidos, una innovación de propuestas ideológicas frescas, novedosas, pero tan viejas como la propia ideología.
Un fenómeno inexistente que hace unos cinco o seis años nadie conocía, y que ahora lo conocen en toda España.
Derrotado Pablo Iglesias con su “el cielo se toma por asalto”, ahora quiere tener al Estado-Cielo tomándolo por consenso. De nuevo sale otra figura en los mismos medios, Santiago Abascal, una nueva personalidad mediática. Mismos medios, mismo querer hacerse querer. Ideología de Estado algo diferente y misma proyección pública, buscando y provocando reacciones en las redes sociales.
Nadie se da cuenta de que es la misma operación, la misma maquinaria, la misma publicidad, un personaje gastado y otro fresco, hasta que lo quemen. Pero mientras tanto ayuda a confundir a los españoles que creen que Vox va a cumplir sus promesas, basándose en los mismos mecanismos – fe y expectativas – que Podemos.
El votante no elige, solo ratifica listas de partido con cabezas visibles, sin elegir representante, y tampoco hay separación de poderes en origen, por mucho que lo digan unos y otros. La poca memoria de los españoles votantes de Vox es la misma desmemoria que les impide ver que hay otro nuevo oportunista del poder que les llama, de nuevo, a ratificar una lista de partido por fe y expectativas.
Así que:
#YoNoVoto #NosotrosNoVotamos #RomperéMiVoto