La pobreza conceptual de los documentos que presenta la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) nos obliga a buscar en los escritos de sus ideólogos las claves para entender en qué andan.
En la MUD están los francotiradores que simplemente disparan las estrofas que otros les preparan; y están los que arman el cuerpo teórico para justificar las posturas de esta asociación de franquicias partidistas. En esta última categoría entra el padre Luis Ugalde, quien es uno de los exponentes más brillantes del pensamiento de la falsa oposición.
En el artículo titulado “La enfermedad, el remedio y la ruta”, publicado el 13 de junio de 2018, el padre Luis Ugalde sintetiza de forma magistral lo que hoy es la enrevesada y confusa postura de la MUD frente al régimen de Maduro. Además, el texto tiene el mérito de exponer, por fin, la estrategia élite de la MUD para enfrentar a la dictadura.
El Padre comienza su diagnóstico por caracterizar el resultado del 20M como una imposición dictatorial de Maduro, y no como el resultado de un fraude político electoral continuado desde 1999. La deliberada omisión intenta preservar a toda costa la vía electoral como fórmula que seguirá siendo usada por la MUD, aunque no haya garantías políticas.
Por supuesto, la MUD, a través de la pluma del padre Ugalde, hace suya una vez más la defensa de la Constitución de 1999, la cual crea un marco pseudo legal para el sostenimiento del Estado chavista. Reiteradas alusiones a los artículos 333 y 350, y la solicitud del restablecimiento de esa legalidad constitucional es el defecto por diseño de una política que no podría terminar en ninguna otra parte que no sea la ilusa negociación como estrategia para salir del régimen.
Y es que, efectivamente, el referido artículo del padre Ugalde propone como maniobra principal de esa sospechosa unidad opositora, pedir la renuncia de Nicolás Maduro y su gobierno. Y luego de esperar pacientemente por su renuncia, iniciar las negociaciones que conduzcan a una transición y a unas elecciones democráticas en ocho meses. El perfecto final feliz, si tan solo se pudiese creer que tanta ficción es posible.
La ruta que propone el padre Luis Ugalde en nombre de la MUD debe ser rechazada y descartada por absurda e inoperante. Ninguna estrategia de lucha política puede plantearse en términos que dependan de la voluntad del enemigo. Si todo depende de negociar una transición luego de que Maduro renuncie, entonces esa estrategia y sus proponentes están condenados, una vez más, al fracaso.
El cambio de régimen político que queremos será el resultado de la correcta combinación de métodos de lucha, internos y externos, que permitan derrocar a la tiranía. Esperar por la renuncia del régimen al poder, tal como lo propone la MUD, es una reedición de las tácticas fallidas que ha ensayado la falsa oposición en los últimos diecinueve años. Es la expresión de una dirigencia que no solo ha perdido el norte, sino también el aliento para luchar.
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