Martin Luther King jr. Justamente en el carácter “neutro” de la democracia formal reside su mayor potencia moral. Pues si los contenidos tuviesen prioridad, no habría partidismo que no quisiese hacerse con el todo del sistema. Nada ni nadie está exento de contenidos, del mismo modo que nada ni nadie está exento de una estructura. Por ello, la situación óptima es aquélla en la que la estructura está abierta y sostiene cualquier contenido, siempre y cuando éste no esté específicamente dirigido a destruirla. Que la estructura más favorable es aquélla capaz de albergar todas las ideologías cae por su propio peso. Y si nos indignamos ante la persecución que han tenido que soportar tantos seres humanos es porque creemos posible una estructura capaz de albergarlos. La tentación radica en pensar que cierto contenido es insuperable, y que por tanto puede superar (y suprimir) a la estructura. Éste es el error del comunismo, del anarquismo, o de cualquier forma de Estado basada en un culto religioso concreto. También del Estado de partidos. Un contenido concreto, pactado de antemano, aspira a desbordar la estructura del Estado. Se totalitariza. El contenido siempre tiende a sobrepasar el continente. No debemos olvidar, por ejemplo, hasta qué punto en E.U.A. –un Estado cercano al ideal de la democracia– tantos fueron perseguidos, asesinados, juzgados y censurados por ir contra la opinión dominante. E.U.A. ha tenido jefes de Estado tan enfebrecidos por su propia idea como los de Estados totalitarios (p.e. Eisenhower / Kruschev). La única manera de evitarlo no es oponer, desde las esferas del poder, unos ideales “opuestos”, sino, por un lado, resistir con libertad de palabra y de acción en la sociedad civil; y, por otro, garantizar formalmente, sin ningún conocimiento a priori, el derecho de expresión y existencia de todas las ideas y acciones, siempre y cuando no destruyan otras o la neutralidad misma del sistema. Un sistema así no puede triunfar sin lucha. ¿O es que pensamos que el cambio de la mentalidad (u opinión) pública sucede sin que la minoría oprimida insista en su propia existencia? Cada victoria de ésta, ya sean rebeliones colectivas (por ejemplo el movimiento en pro de los derechos civiles en E.U.A.), o individuales (tantos artistas y pensadores), afianza la estructura formal de la apertura, que es la democracia.