Intervención de Don Jorge Sánchez de Castro en Libertad Constituyente a 31 de enero de 2012
La finalidad del nuevo Tratado respecto a la consolidación fiscal, lo que pretende a la postre, es aprobar dos medidas esenciales: la primera es la regla de oro fiscal por la cual no se permita a ningún Estado asumir un déficit estructural superior al 0.5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). En segundo lugar permitir sanciones automáticas en el caso de que ese déficit estructural sea superior al tres por ciento.
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El Tratado prevé que, quien no recoja en su legislación la regla de oro del equilibrio presupuestario, la limitación del déficit, podrá ser denunciado ante el Tribunal de la Unión Europea por cualquier socio comunitario. Es decir: cualquier socio podrá denunciar a aquel que no cumpla y, al mismo tiempo, podrá solicitar la sanción financiera correspondiente -que en ningún caso sería superior a una multa máxima del 0,1 por ciento del PIB.
Lo que se plantea es que cada país, en teoría, puede denunciar a otro pero realmente -parece que es obvio- sólo los grandes podrán denunciar a los pequeños, por una cuestión de poder. Esto es importante porque lo que realmente plantea es la situación de poder en la Unión Europea.