“Perdonadme, no lo volveré a hacer”
.Epitafio de la tumba de Antonio Mingote.
Demócrito, el filósofo de Abdera contemporáneo de Sócrates y Platón, siempre ha sido uno de mis preferidos pues, seguidor de la ciencia, el espectáculo del mundo le producía constante risa. Por eso, quizás, fuera el moralista “escogido del pueblo”.
Es conocida su máxima que dice:
“Todo lo que existe en el universo es fruto del azar y de la necesidad.”
Pues un azar está en la causa de un error en los últimos acontecimientos políticos españoles.
Se ha producido un gran error en la comprensión del mensaje del rey el pasado 18 de abril. El rey no pidió perdón, simplemente se lamentó de lo sucedido ante los partidos estatalizados. Sus breves declaraciones fueron ante la televisión y para todos los españoles, pero iban dirigidas, en realidad, a los partidos que se alternan en el poder.
Entonces ¿por qué entendió todo el mundo que había pedido perdón al pueblo soberano?
La razón es sorprendente. Ha sido un azar histórico:
El día 3 de abril muere el humorista Antonio Mingote y los reportajes en la TVE y de las demás televisiones y medios de comunicación incluían unas declaraciones del propio Antonio Mingote en las que desvelaba el epitafio que había elegido para su tumba:
” Perdonadme: no lo volveré a hacer”
Y quince días después el rey Juan Carlos I, rey de España aparece en la TVE y agencia EFE, en primer lugar, y después en todas las demás televisiones y medios de comunicación diciendo algo muy parecido pero sin el “perdonadme”:
“Los siento mucho, me he equivocado, NO VOLVERÁ A OCURRIR”
Por lo que la gente ha mezclado las dos cosas y cree que el rey ha pedido perdón, cuando, en realidad, lo pidió ANTONIO MINGOTE.
Estamos, pues, ante la última caricatura y el último chiste de Antonio Mingote. Sólo los grandes, como el Cid y Mingote, pueden ganar batallas después de muertos.
Antonio Muñoz Ballesta