El decreto de la Hammer con que el gobierno que nadie votó inaugura la campaña de terror gótico con el saqueo de tumbas por motivos ideológicos hará de España una topera, pues con la misma alegría que unos quieren desenterrar a los Franco querrán otros desenterrar a los Sánchez.
Ese decreto tiene una pega, y es que para lo único que no vale es lo único para lo que está hecho: cambiar la Historia.
El 78 se muerde la cola, pero no puede abolir el pasado y el hecho de ser él mismo su producto.
La Historia seguirá siendo que Franco ganó la guerra civil con la inestimable ayuda del Psoe, que la forzó sin considerar, como pedía Besteiro, que podía perderla. Y que Franco murió en la cama, igualmente con la inestimable ayuda del Psoe, que no le dio ni un mal rato al general que a estos enanos se les hace… ¡Hitler!, quien, por cierto, llegó al poder como Sánchez, por las gateras del Estado de Partidos, desmontó a base de decretos el tenderete de Weimar y se deshizo del Reichstag pegándole fuego, cosa que aquí no ha habido que hacer con el Senado.
¡La socialdemocracia y su mágica “reductio ad hitlerum”!
Este repentino “Furor Teutonicus” de los sociatas con Franco para blindar su “mentira constitucional” pretende tapar que son el aluvión de una franquicia socialdemócrata del 76, con batuta de Kissinger, que no quería otro Álvaro Cunhal, y marcos de Willy Brandt (¡aquellos carteles del 77 con pie de imprenta alemán!). “Isidoro“, alias “El Moro“, pasó a ser señor González, y nos trajo las autonomías, para emplear a los jefes provinciales del nuevo movimiento, y el antidemocrático sistema proporcional que elimina cualquier atisbo de representación, como sabía Fraga, que había leído a Leibholz, teórico del sistema.
Pero Carmen Calvo (que habla de la democracia, según Hughes, como si fuera una divorciada amiga suya con problemas de autoestima) dice que lo hacen por la democracia, con lo cual, después de Franco, querrán sacar a Napoleón de Los Inválidos.
Publicado en Abc