La tentación es muy fuerte, el dolor es muy grande, pero no debemos ceder al precipicio de la apatía, la ignorancia o, peor, la desesperación y el suicidio moral. Al desvelar nuestros ojos ante la gran mentira que se ha tejido en España desde la llamada Transición, la luz deja a la vista las desagradables aristas del régimen de partidos y la prensa, la televisión, los discursos políticos… todos se muestran falsos como si del decorado de la película El show de Truman se tratara. Sin embargo, la verdad y el criterio es un hallazgo válido para toda la vida y debe ser la brújula que nos oriente cuando estemos perdidos como ciudadanos. El objetivo es, siempre, la libertad colectiva.