Mediante el presente artículo procedo a desarrollar una reflexión del propio Antonio García-Trevijano. Para ello, empecemos por una pregunta: ¿para qué sirve un diputado? Si nos guiamos por nuestra Constitución parece que los diputados conforman las Cortes Generales y que éstas son las encargadas de legislar, de manera que establecen las leyes por las que luego nos regimos todos los ciudadanos.
Bien, hasta ahí, bien, nos sabemos la teoría. Pero, ahora vayamos un poco más al fondo de la cuestión.
¿Para qué sirve un diputado?
La misma teoría que nos sabemos tan bien nos dice que los diputados deben debatir en los plenos sobre las leyes, aportando sus propias mejoras o eliminando aquellos defectos que detecten, todo en aras del bien de la sociedad.
Según esa teoría, cada diputado debería de aportar en función de sus conocimientos o de las necesidades del territorio por el que fue elegido, siguiendo la ley electoral. Sin embargo, todos sabemos que eso no es así.
La disciplina de voto en nuestro país es incuestionable y, salvo en muy contadas ocasiones, nadie se atreve a contradecirla para poder seguir saliendo en la foto. Entonces, ¿para qué sirve un diputado?
Si al final va a acabar votando lo mismo que todo su grupo parlamentario, ¿para qué necesitamos 350 diputados? Bastaría con un representante por cada partido político al que se le podría conceder el porcentaje obtenido por su partido en las elecciones y el resultado sería el mismo, porque al fin y al cabo el voto no variaría de signo.
Y no se trata de una cuestión baladí, ni mucho menos, ¿te imaginas el ahorro que supondría para nuestras arcas públicas? Hagamos un estudio de brocha gorda:
- Sueldo base de un diputado: 3050,62 euros mensuales
- Indemnización para gastos: 935,37 euros si reside en Madrid o 1959,62 si es de otra provincia. Si hacemos la media, quedaría en 1447,49 euros mensuales
Por tanto, el sueldo medio de un diputado español es de 4498,11 euros mensuales, a lo que habría que añadir los complementos por participar en comisiones, por estar en la mesa del Congreso, etc. Pero nos quedaremos con el sueldo básico, para no escandalizar.
En estos momentos tenemos en nuestras Cortes Generales un total de 16 partidos, así que, si utilizamos nuestro argumento de mantener un representante por cada partido nos estarían sobrando un total de 350 – 16 = 334 Diputados.
¿Cuánto nos ahorraríamos en un año?
334 diputados x 4498,11 euros mensuales x 12 meses = 18.028.424,88 euros
Así que solo en sueldo base nos podríamos ahorrar 18 millones de euros, lo suficiente para construir dos o tres colegios, por ejemplo.
¿Y si extrapolamos un cálculo similar a los parlamentos autonómicos? ¿Y a las Diputaciones? ¿Y a los ayuntamientos? ¿Te imaginas el dinero que nos gastamos cada año en sostener a un grupo de palmeros que no hacen otra cosa que seguir el argumentario que reciben?
¿Demagogia? Tal vez. ¿Tú qué piensas?
La representación parlamentaria en nuestro país está viciada desde el mismo momento en el que los diputados no son libres para ejercer su voto en libertad, sino que se deben al dedo todopoderoso del presidente de su partido, que es, al fin y al cabo, el que decide quien se sienta en el Parlamento y quién no.
Esto provoca que este régimen se encuentre muy lejos de ser democrático y que, por lo tanto, la ausencia de representación esté teniendo un coste demoledor para nuestras arcas públicas.