La Casa Real está de nuevo en el punto de mira. El juez José Castro, instructor del “caso Urdangarín”, está sometido a toda clase de intolerables presiones del propio CGPJ, que le ha pedido un informe sobre las “filtraciones a la prensa”, cuando es obvio que él no puede controlar a las partes ni a los periódicos. Tratan de intimidarle, no dejarle investigar. De ahí que sea tan necesaria la separación de poderes en una democracia.
Pero Castro es un hombre valiente. Ha pedido “destripar” el ordenador donde el socio de Urdangarín, Diego Torres, almacenaba 200 emails que involucran al rey Juan Carlos y a la infanta Cristina en las operaciones mercantiles que realizaba Iñaki Urdangarín. Los correos del rey pueden aflorar a la luz de forma electrónica.
Antonio García Trevijano señaló en el informativo de Radio Libertad Constituyente que “esta decisión judicial es valiente porque significa que hace verosímil la acusación de Torres, que no ha enseñado nada todavía. Solo sabemos de un correo electrónico donde Urdangarín involucra a la infanta y al rey, porque le ayudan a conseguir lo que después se ha denunciado por estafa y fraude a cambio de humo. Mis felicitaciones al juez Castro”.
También la Casa Real invitó ayer a desayunar a los periodistas de la Corte que siguen su actualidad. Y les dijo que a partir de ahora el Rey informará también de sus viajes privados, como el que hizo a Bostwana para cazar elefantes en compañía de la princesa Corinna Wittgenstein.
En realidad la petición partía de varios grupos parlamentarios, entre ellos Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), pero Trevijano ha relativizado en Radio Libertad Constituyente su importancia: “eso estaba conseguido y de poco sirve que informe de sus viajes privados. Lo significativo es que en la mentalidad de todos subyace la idea de que en sus viajes privados el rey puede estar haciendo operaciones prohibidas y por eso debe informar sobre ellos. En cualquier otra circunstancia, esos viajes particulares serían irrelevantes”.