¿Quién es Antonio Cubillo? ¿Quién le apuñaló en Argel y por encargo de quién? Una película desvela tres décadas después lo que en su época fue un escándalo internacional de la “Transición” española. Y confirma que los servicios secretos españoles engañaron a un militante del FRAP para que atentara contra “uno de la CIA que vive en Argelia”. Puro maquiavelismo, pero efectivo, aunque aún no se haya desvelado la X final. La película “Cubillo, historia de un crimen de Estado” se estrena en Madrid a las a las 20:00 del próximo lunes 3 de diciembre en la Cineteca del Matadero de Legazpi y ante el revuelo causado la misma sala ha decidido proyectar la película durante los días 8 y 9 de diciembre para el publico a la misma hora.
Su rodaje se ha realizado durante varios años en condiciones de extrema dificultad y lo ha sacado adelante el sobrino de la víctima, el cineasta Eduardo Cubillo. Hoy es uno de los secretos abordados sin censuras ni cortapisas de la mal llamada “transición” española, que extendió los tentáculos del régimen de Franco hasta hoy.
“Que no diga Martín Villa que no sabe nada, porque todo se planeó en un despacho de la DGS [Dirección General de Seguridad] con el nombre de Operación Mallorca. A mí me dijeron que era por el bien de España”, declaró Espinosa. Y añadió: “Conesa telefoneó a Interior y dijo: ‘Ponedme con el despacho del ministro’. Hablaba con alguien a quien llamaba ministro. Supuestamente era Martín Villa, quien dijo que se tomaran medidas. Pero, claro, yo no lo puedo asegurar. Hasta me dijo [Conesal que [Adolfo] Suárez estaba al corriente… Con Mariano Nicolás, que era director general de Seguridad, seguro que habló, porque yo me puse al teléfono. Como fue gobernador de Alicante y es nativo de Cartagena, me conocía. Me dijo que le hiciera caso a Conesa”.
Pero nadie siguió tirando del hilo, como en el caso de los GAL. La X sigue sin aparecer, pero el documental aclara bastantes dudas. La maquiavélica trama se para en el ministro del Interior de UCD, Rodolfo Martín Villa, que incluso habló por teléfono con Mariano Nicolás (director general de Seguridad) y Roberto Conesa, el policía que tenía infiltrado en Argelia al inductor del crimen, José Luis Espinosa, según confesó este.
Existen fotografías de la época del rey saludando efusivamente a Mariano Nicolás, que después fue “recompensado” con el cargo de director de Seguridad de Telefónica, una compañía que la Casa Real utiliza a menudo, como demuestra el “fichaje” de Iñaki Urdangarín entre sus directivos. Era una relación demasiado afectiva y familiar como para tratarse de un político que sólo había llegado a gobernador civil con el franquismo y director general de seguridad con UCD. Nicolás, sin embargo, estuvo en los entresijos de grandes decisiones reales, como la legalización del PCE o el 23-F. Pero se llevó los secretos regios a la tumba, pues falleció junto a su esposa en un accidente de tráfico en 2001.
Pocos se acuerdan ya de Cubillo, postrado hoy en silla de ruedas. Entonces el monarca llevaba directamente las riendas de la “seguridad exterior” española, pues había nombrado a dos presidentes (Arias Navarro y Adolfo Suárez), nombraba senadores (41, por designación regia) y tres ministros (Defensa, Interior y Exterior). La película define así al independentista canario que padeció uno de los primeros episodios de “guerra sucia” del nuevo régimen del rey Juan Carlos, continuidad de Franco: “Antonio Cubillo fue un activo abogado laboralista durante el franquismo. Desde Canarias, ganó numerosos juicios contra el sindicato vertical, defendió a colectivos de trabajadores y organizó las primeras huelgas del estado español en la década de los 60”.
“Se relacionó con el Partido Comunista de España, llegando a ser corresponsal de la clandestina Radio Pirenaica, mantuvo reuniones secretas en Francia con Santiago Carrillo y fue enviado en numerosas ocasiones a Moscú para reunirse con la cúpula del Partido Comunista Soviético. Todo ello lo convierte en un personaje molesto para el régimen franquista. Condenado a prisión en febrero de 1962, Cubillo logra escapar y huye al exilio”.
“Acogido por el gobierno de una recién independizada Argelia, y apoyado por la OUA (Organización de Estados Africanos), su actividad política cala en movimientos independentistas y revolucionarios de España y media Europa. Cubillo es ahora mucho más peligroso. los servicios de inteligencia del régimen franquista lo ponen en su lista negra. En 1978, amparado por la OUA, Cubillo es citado a declarar ante la ONU para discutir la posible independencia de Canarias”.
“El Ministerio de Asuntos Exteriores español monta urgentemente la “Operación África” para contrarrestar diplomáticamente el respaldo de los países africanos. Cubillo jamás llega a intervenir ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Días antes de su comparecencia es apuñalado en Argel y queda en estado de coma durante 2 días. Siete años después, paralítico como consecuencia del atentado, Cubillo regresa a Canarias donde es juzgado y absuelto. Se querella entonces contra el Estado español: la Audiencia Nacional declara probada la intervención directa del Gobierno en el atentado”.
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