A José Andrés Torres Mora, anónimo diputado del PSOE por Málaga que lleva ocupando 3 legislaturas un escaño en el Congreso pero que solo se hizo célebre por su condición de secretario de José Luis Rodríguez Zapatero, le robaron en Centroamérica el iPad que le regaló la Cámara Baja. Había ido “invitado” a dar una conferencia y a reunirse con “ministros”. Aunque es profesor titular de la Complutense en Madrid y vive en la Villa y Corte, el aparato del partido (más bien Zapatero) lo colocó en su Málaga natal y por eso escribe en el diario “Sur”. Allí se desahoga y contó como un osado taxista, sabedor de que era diputado, le puso la radio en el coche cuando “hablaba de que el coste de la casta política doblaba las maltrechas espaldas de la economía del país”. Y el parlamentario pareció ofenderse. Porque Torres Mora defiende que, como el Real Madrid o el Barcelona poseen los mayores presupuestos, “es natural que tengamos la liga con más talentos del mundo” y se queja de que el Congreso “solo” cueste 87 millones de euros anuales cuando el Bundestag alemán o la Asamblea francesa gastan mucho más. Una manera elegante y sutil de pedir más dinero para la Cámara Baja.
Si repasamos la declaración de bienes de Torres Mora, indudablemente es un hombre con mucho talento: posee dos pisos, una casa, dos fincas, una cuenta de ahorro con casi 28.000 euros y un “Skoda Octavia” como el de su taxista para que el poco público que lo conoce vea que no es ni rico ni ostentoso. El fariseísmo del diputado llega al extremo de acogerse a la cláusula 4 de la Declaración de Bienes que con letra pequeña le permite ocultar su sueldo. Otros diputados lo han hecho, por eso consta que sólo ha ganado 138o euros procedentes del Grupo Socialista, más otros 1.100 de la Fundación General de la Universidad de Málaga, 620 de la Fundación Universidad Rey Juan Carlos y 509 de la Fundación Antonio Gargal. ¿Puede un diputado vivir con 2.500 euros al año? El talento de Torres Mora no se lo permitiría, pero no ha consignado con su firma que cobra aparte su sueldo de diputado.
Torres Mora paga de IRPF 14.253 euros (dos millones y medio de las antiguas pesetas, moneda que quien sabe si volverá a estar de actualidad por el despilfarro continuado de nuestra clase política). Ni siquiera la web “Sueldos Públicos” ha logrado averiguar cuanto gana Torres Mora, pero sí sabe que un diputado por Málaga cobra casi 40.000 euros de sueldo base. La “asignación constitucional” es idéntica para todos los diputados: 14 pagas de 2.813,87 € brutos, aunque además reciben complementos mensuales por razón del cargo.
El secretario de Zapatero considera una minucia que la sociedad se escandalice por perder los 400 euros que vale el iPad que le regaló el Congreso, pues “hace unos días leí en un periódico que entre quince y veinte Ipad de diputados se han roto o se ha extraviado este año. Debajo de la noticia había cerca de setecientos comentarios, buena parte de ellos insultantes para los representes de los ciudadanos”. Por eso, ni corto ni perezoso, Torres Mora le preguntó “a un experto en seguros si la tasa de pérdida o rotura de los Ipad de los diputados es llamativa”. Gracias al desliz, se ha sabido que el iPad se les regala también con seguro de pérdida, rotura o robo, lo cual incrementa su coste y de ahí el habitual descuido de sus señorías.
“El experto no tenía el dato exacto, pero me ha dicho que al precio que están los seguros de los Ipad la empresa aseguradora no perdería ni ganaría nada si se rompieran un 6% anuales, y que suponiendo que tenga un 30% de beneficios, lo más probable es que la tasa de Ipad que se rompen o pierde ronde el 4%. Si esto es así, 15 Ipad rotos o perdidos por los diputados viene a parecerse mucho a la media de la población. Cuando les dije a aquellos jóvenes policías centroamericanos que en España un teléfono móvil no valía la vida de nadie, me sentí orgulloso de mi país. Estos días no dejo de pensar que algo malo nos está pasando cuando para algunas personas un Ipad vale más que la democracia”, concluye el sociólogo Torres Mora, todo un ejemplo de virtud.
Porque a pesar de las 2 fincas, las 3 casas, los 28.000 euros ahorrados, los viajes gratis y el sueldo incógnito de diputado por el que paga a Hacienda 14.000 euros al año, Torres Mora abomina de la idea de que «los políticos viven en un limbo, sin contacto con la gente». Y confiesa, con una ironía que, aislada, roza el sarcasmo: “Cruzas la puerta de Cedaceros del Congreso de los Diputados, y se te olvida tu vida anterior: la emigración de tus padres, los internados, la adolescencia en el barrio, la carrera, el paro, los primeros trabajos precarios, los años de profesor universitario, todo se esfuma de tu cerebro. Todos los políticos nos volvemos iguales, pero para bien”.