Es sencillamente escandaloso que, cuando España se encuentra literalmente en lo político -igual que en lo económico y en lo social- al borde del abismo y con los pies colgando, cuando ediles y militantes del PP son acosados y agredidos por los separatistas, cuatro ministros del Gobierno compartan juerga y comilona con los capos de la sedición y las élites extractivas. Es como si Abraham Lincoln en lugar de plantar cara al general Lee que avanzaba sobre Washington, se hubiera citado con él para una barbacoa. Me estoy refiriendo al sarao que anualmente organiza el empresario catalán Luis Conde -un ‘go between’ entre las élites políticas y económicas- íntimo de los sediciosos, amigo de empresarios y políticos de todo pelaje y, cómo no, del Gobierno, donde acudieron este año 300 invitados, y el que viene ha prometido asistir la radical antiespañola y anticristiana Colau, una indocumentada pero con capacidad de hacer favores, que es de lo que se trata.
Cuatro ministros del Gobierno en funciones, Ana Pastor, la mayor contratista del Estado; el irresponsable Margallo, a quien le importa una higa que los sediciosos monten embajadas a lo grande, con el dinero que expolia Rajoy a todos los españoles, para comprar apoyos para la destrucción de España mientras las embajadas españolas sobreviven en la miseria; Jorge Fernández, que está en Barcelona más que en Madrid, y Rafael Catalá, que en lugar de obligar a aplicar la ley, prevarica por omisión ante la sedición. Y el gran ausente, Soria, que ha permitido a los monopolistas afines a los sediciosos abusar como nunca de su posición dominante, y espera que le recompensen con una poltrona en Repsol o Gas Natural en cuanto encuentre los papeles que anda buscando por toda Canarias.
Una exhibición de desvergüenza impensable en un Estado de derecho. No tienen decoro, ni siquiera la moral de la apariencia, son auténticos exhibicionistas del cinismo, en realidad presumen de amorales, ¿como es posible que este bochornoso espectáculo no escandalice a la sociedad? El exministro Soria, habitual en estas francachelas donde se ‘tienden puentes’, es un ejemplo de cómo cuando aparecen listas de corruptos en cualquier lugar del planeta, aparece siempre algún líder del PP, lo que demuestra que es solo una banda con forma de partido para la que no existe ni el menor atisbo de ética en su acción de gobierno. Cuando se ha denunciado la corrupción de altos cargos del PP a sus jefes -y tengo experiencia personal en ello-, cuya obligación era investigar los hechos, han hecho justo lo contrario, los han silenciado y tapado totalmente.
Y el silencio no es lo peor que puede ocurrir. Tenemos el conocido caso de Ana Garrido, una funcionaria de Boadilla que primero denunció por carta a Génova las presiones a que se veían sometidos los funcionarios para elaborar pliegos de condiciones a medida de determinadas empresas -siendo alcalde un tal Arturo González Panero– sin recibir respuesta alguna. Ana Garrido acabó denunciando el tema ante la Fiscalía Anticorrupción, destapando lo que después sería la trama Gürtel. Y las consecuencias: acoso laboral institucional hasta el punto de verse obligada a abandonar su trabajo obtenido por oposición, campaña de desprestigio en medios de comunicación y amenazas anónimas, todo producido durante el mandato de un nuevo alcalde, un tal González Terol, ‘el ultimo aguirrista’ y numero 13 en las listas al Congreso de Rajoy. España y los españoles no podemos correr el riesgo de volver a ser gobernados por estas buenas gentes.
Alimentando a las fieras
En todo este festival de ignominia y de cesión, se encuadra con mayor gravedad aún el encuentro Rajoy-Puigdemont, quien afirmó que no tenía “ningún interés en reunirse con un presidente en funciones”, o lo que es peor, un miserable que afirma “la certeza de que los invasores serán expulsados de Cataluña”. Pero como la Generalitat está arruinada, con las empresas abandonando la región a centenares por la inseguridad jurídica y el peso creciente de las formaciones de ultraizquierda, cuyas propuestas económicas son delirantes, o con una alcaldesa incompetente y radical hasta la náusea en Barcelona, con su ‘rating’ en el nivel de bono basura y sin dinero para pagar a los proveedores, el capo formal de los sediciosos ha venido a Moncloa a poner el cazo.
Pero en plan prepotente, no solo sin renunciar a nada sino exigiendo una lista de 46 ‘reclamaciones’ disparatadas, como crear un Ministerio de Asuntos Exteriores y que se le dé el dinero necesario para ello, es decir como si Cataluña fuera un país soberano, y que se blinde la enseñanza del catalán. O sea, que el presidente del Gobierno ignore una vez mas la Constitución y la ley y se les permita desterrar y perseguir la enseñanza del español como lengua vehicular. Pero lo más inaudito, porque entra en el terreno de la alta traición, es que Rajoy, en lugar de echarle a patadas, haya concertado una cita entre la vicepresidenta y el sedicioso Junqueras para hablar del dinero que necesitan y cómo lo prefieren, si en billetes de 500 o de 50 euros. Faltan adjetivos para calificar tanta ignominia.
Rajoy le suelta la pamema habitual de que “no se puede hacer política sin respetar la ley”, algo que a Puigdemont y al resto de los sediciosos les produce un ataque de risa, porque se lo pasan por el forro mientras que el presidente, en claro delito penal, mira para otro lado. Y la mayoría de medios, quebrados como están y dependientes de la publicidad de empresas afines a los sediciosos, alaban la “sensatez y diálogo”. ¿Sensatez y diálogo con quienes no desean otra cosa que la destrucción de España? ¿Sensatez y diálogo para arrastrar por el fango los valores mas dignos y sagrados de la nación? Y en lugar de detenerlos y procesarlos, les dan todo lo que piden. ¿Hasta cuándo los españoles vamos a tolerar este expolio, esta connivencia de nuestros indignos gobernantes con los traidores y con las élites extractivas?
En una España crecientemente empobrecida para una mayoría, con la actividad económica desacelerándose, el déficit fuera de control -España es el único país de la UE que aún no ha conseguido superávit primario-, una burbuja de deuda cada vez mas cerca de su explosión y la Seguridad Social quebrada, donde los actuales pensionistas verán recortadas sus pensiones un 20% en cuando se agote la caja de las mismas el año que viene, y los nuevos pensionistas recibirán a partir de 2019 un 40% menos que los actuales, el que se entregue más y más dinero de nuestros impuestos a los enemigos de España para financiar las estructuras de independencia que exhiben sin el menor recato, representa una actuación abiertamente criminal por la que algún día deberán responder ante la Justicia Rajoy y sus ministros.
Los ingresos caen el doble que los gastos
Aunque solo conocemos las cifras hasta febrero, y en consecuencia estas pueden variar, los ingresos no financieros en términos de contabilidad nacional se han desplomado un -9,7%, cifra que compara con crecimientos del +2,1% a febrero de 2015 o un +3,3% a febrero de 2014. Los gastos no financieros caen también, pero en -4,1%, con lo que la necesidad de financiación del presupuesto del Estado se eleva a 13.306 millones de euros. Esta cifra no extrapolable sí indica que el déficit del Estado en 2016 tiende a ser mayor y no menor que el de 2015, déficit del que aún no se sabe la cifra definitiva, aunque lo que sí sabemos es que no será del 5%, sino de al menos el 5,6%, ya que el déficit de la Seguridad Social no son los 13.600 millones oficiales sino unos 20.000, y luego están los miles de facturas que han ocultado las CCAA.
Y si vamos al déficit estructural, el que se produce con independencia del ciclo, que mide mucho mejor la sostenibilidad -el Pacto de Estabilidad, que Rajoy ha ignorado durante toda la legislatura, lo limita al 0,5% del PIB, y España lo tiene casi en el 2,3%-, es ya para cortarse las venas. El año pasado, la insensata política de gasto electoralista y bajada de IRPF, que fue la causa del crecimiento del PIB, ha incrementado en un punto de PIB el déficit estructural, y no solo no se va a reducir: en 2016, se estima que llegará casi al 3%, algo que saben perfectamente en Bruselas, lo que hace incomprensible su pasividad. Claro que el programa del PSOE/C’s no solo no reduce el déficit estructural si no que lo aumenta, y el totalitario y guerracivilista Iglesias, que no solo aspira al poder sino a la eliminación absoluta de la oposición, propone elevarlo sin límite.
En estas circunstancias, el grado de irresponsabilidad de Rajoy y de su ministro De Guindos resultan pasmosos. El primero ya ha puesto en marcha un programa de gasto extraordinario que irá ‘in crescendo’ en cuanto comience la campaña electoral. El segundo anda negociando con Bruselas un incremento del objetivo de déficit 2016 hasta el 3,6%, algo que sabe de sobra que no va a cumplir, porque para empezar ni siquiera el BdE, siempre dispuesto a acatar las tesis del Gobierno mintiendo y manipulando donde haga falta, ha podido llegar a cifra tan disparatada y ha señalado un 4,4% del PIB como cifra mas probable del déficit. Pero es que ni con esas. El déficit de la Seguridad Social, gracias a la deflación salarial y los trabajos basura creados por Rajoy, será este año de más de 20.000 millones de euros o 1,9 puntos de PIB.
Y en cuanto a las CCAA, Montoro ya las ha autorizado a incumplir mas del doble, del 0,3 al 0,7%, y de paso les ha prometido 7.400 millones de euros mas que en 2015, ¡esto sí que es consolidación fiscal!, nos toman por imbéciles. Pero es que las CCAA ni así van a cumplir, jamás lo han hecho desde 2008, si vamos a una media de déficit de 1,0 puntos de PIB, estamos en 2,9 y luego queda el del Estado. ¿Y qué pasa con él? Pues que todo lo que se entregue de más a las CCAA será mayor déficit del Estado, que debería ser de 2,2 puntos, con lo que estaríamos en 2,8/2,9. ¿Y el crecimiento? La cifra del BdE y el INE del 0,7% es una tomadura de pelo, no coincide con nada, pero ¿en base a qué la han estimado?
Si vamos a los indicadores esenciales de actividad con el primer trimestre completo, tenemos lo siguiente: consumo de energía eléctrica corregido (-0,7% vs. +2,5 el trimestre anterior); consumo aparente de cemento (-0,5% vs.+5,8 el trimestre anterior), un auténtico desplome de la actividad de construcción; matriculación de vehículos de carga fuertemente correlacionado con la inversión (+11% vs. +31% el trimestre precedente), y en el sector exterior con datos hasta febrero el saldo comercial es de -2.074 millones vs. -1.869. O sea, lo pueden vestir como quieran, pero el crecimiento se está desacelerando seriamente.
Según las cifras de ejecución del presupuesto del Estado, a febrero los ingresos son 3.200 millones inferiores a los de febrero de 2015, y así las cosas, entramos de nuevo en un festival de gasto electoralista. Claro que son tan increíblemente irresponsables que De Guindos ya ha dicho que le importa un pimiento el que seamos multados -2.000 millones- por incumplimiento. A De Guindos le da igual pagar 2.000 millones, ¡como no son suyos!; pero además es tan insensato que ni tiene en cuenta que los mercados pueden tomarse muy a mal el que seamos el primer país de la eurozona en ser sancionado. Y entonces, a pesar del blindaje del BCE, nuestra prima de riesgo puede irse a las nubes.