(Foto: PP Madrid) Ritos de rebelión Caminar por la calle sin despegar los prismáticos de los ojos terminará en un sonoro batacazo. Ciertamente, el referido aparato binocular está diseñado para escrutar momentáneamente cosas distantes, que no para manejarse normalmente, circunstancia en la que la propia vista es lo más adecuado. La costumbre de parcelar la realidad —tan conforme con la mentalidad analítica— sin esforzarse en compensarlo con una visión sintética global que nos devuelva al mapa en la escala adecuada, equivale a la citada infantil extravagancia de los anteojos. Hay quien pretende —y desgraciadamente lo consigue— que los españoles miremos la actualidad política con los prismáticos que sistemáticamente nos colocan. En ello están todos los medios oficiales de comunicación, variando, eso sí —pues tal es el pluralismo—, la graduación del artefacto. En la cosa humana, siempre es posible recurrir al punto de vista holístico de los estudios antropológicos para combatir el significado aparente que se atribuye a los hechos. La aguerrida Presidenta de la CAM, Doña Esperanza Aguirre, va a promover en los próximos meses "una campaña de rebelión contra la subida del IVA". Luego matizó sus palabras, aclarando —¿alguien lo dudó en algún momento?— que quienes se rebelan son naturalmente ella y el PP de Madrid. Así, el llamamiento a la “rebelión” no será “contra el pago” del citado impuesto. La Comunidad tampoco devolverá la recaudación recibida. Solo consistirá en la organización de una serie de charlas informativas —como si los consumidores y empresarios desconocieran lo que tal medida significa—, en la recogida de firmas en la calle —como si no se supiera que es cosa inútil, pues millones de ellas, presentadas por otro motivo y ocasión, han sido continuamente ignoradas por el gobierno/parlamento—, y en la celebración de numerosos actos de partido para pedir al Ejecutivo socialista que no suba este impuesto. El secretario general del PP de Madrid y consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Francisco Granados, apoya la terminología empleada por su jefa aclarándonos que rebelarse "no es otra cosa