El movimiento de ciudadanos hacia la república constitucional es brillante porque no sigue la alucinación general del pueblo español.
El pueblo español alucina con la situación política que vive pues cree, sin prueba empírica alguna y con muchísimos datos reales de corrupción, que dicha situación es la propia de una democracia verdadera, y que ya se arreglarán los problemas de economía y de corrupción.
Sin embargo, todos los partidos están a sueldo del enemigo de la sociedad civil, es decir, de un gobierno a las órdenes de los grandes banqueros de la Unión Europea. Vivimos en un capitalismo de estado de partidos y financiero al que no le importa lo más mínimo el estado de bienestar, ni la economía a largo plazo.
Por tanto, la corrupción real en el sistema político de la oligarquía financiera , y la crisis económica, seguirán en España hasta que tengamos la posibilidad de elegir un gobierno democrático y exista una auténtica separación de poderes en origen.
Entre la alucinación colectiva española, los repúblicos brillamos con la luz de la República constitucional.
Fotografía de plan de maestria