La política económica de Rajoy y De Guindos ha hecho saltar por primera vez todas las alarmas y ha puesto en evidencia algo que ni por todo el oro del mundo (o quizás por eso sí) no estaban dispuestos a escuchar en la Moncloa a los seis meses de llevar las riendas del Gobierno: el presidente del Ejecutivo se endeuda como su predecesor, José Luis Rodríguez Zapatero. En esta ocasión es el sobrecoste de la deuda, la caída de los ingresos y la necesidad de costear los agujeros de la banca, que a su vez financian a las grandes empresas deficitarias y no logran vender el ladrillo (aún demasiado alto), las que esyán provocando algo que muy pocos votantes se hubieran atrevido a vaticinar.

 

Los datos los proporcionan todos los periódicos españoles: El Estado registró un déficit del 3,41% del PIB hasta mayo. Eso significa que a mitad de año, prácticamente hemos agotado todo el previsto para el 2012, que es del 3,5%. El déficit acumulado suma 36.364 millones de euros, lo que supone un aumento del 30,6% en comparación con la cifra del mismo periodo del año anterior. Sin embargo, según la secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, «el dato que importa es el del déficit homogéneo». Como por arte de birlibirloque, si atendemos a esta cifra, las «malas noticias» son «buenas noticias». El Gobierno ha achacado el aumento del déficit al apoyo al resto de administraciones públicas, ciudadanos y empresas, y ha pedido que se compare el déficit en términos homogéneos. En esta variable, el saldo negativo del Estado se reduce al 2,38% del PIB frente al 2,56% registrado en el mismo periodo de 2011.

 

Además, la economía española empeoró en el segundo trimestre. El Banco de España observó entre abril y junio una caída del Producto Interior Bruto (PIB) “más intensa” que la contracción del 0,3% registrada durante los tres meses anteriores, mientras que en el mercado de trabajo “prosiguió la senda de intensificación de la destrucción de empleo iniciada en la segunda mitad 2011”. “La información más reciente, referida al segundo trimestre, apunta a que la actividad ha seguido disminuyendo a ritmo más intenso”, señala el organismo supervisor en su boletín económico de junio, donde constata que han empeorado el consumo y la inversión de las empresas en bienes de equipo.

 

La Comisión Europea ha eludido valorar el déficit público acumulado del Estado español en los cinco primeros meses del año y ha dicho que examinará la cifra cuando el Gobierno español la notifique a Bruselas. “No tengo comentarios sobre los datos en estos momentos. Cuando nos lleguen las analizaremos, pero eso todavía no ha sucedido ahora”, ha dicho el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altatafaj, al ser preguntado por si el Ejecutivo está preocupado por las cifras españolas y si pedirá medidas adicionales de consolidación fiscal al Gobierno de Mariano Rajoy.

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