El Ministro de Economía y Hacienda presentó el proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2009 (PGE-09) que se debatirá (¿?) en el Congreso de los Diputados. Al elaborarlo, el Gobierno tiene en cuenta el entorno económico nacional e internacional para dibujar un “escenario macroeconómico” (evolución del Producto Interior Bruto (PIB) y del consumo, nivel de precios, tasa de paro, tipos de interés, precio del barril de petróleo, saldo de la balanza de pagos, necesidad de financiación exterior, etc.) en el que actuarán los agentes públicos estatales. Pero, a pesar de estos estudios, la incertidumbre nos acompaña, pues… ¿Quién garantiza que el discurrir cotidiano en 2009 se moverá dentro de este escenario, a la vista de lo ocurrido con las previsiones para 2008? ¿Habrá recursos tributarios suficientes para llevar a cabo las actuaciones proyectadas, de acuerdo con la evolución económica del país y la visión que tienen de nosotros muchos analistas e instituciones (UE, FMI, OCDE)? Dado el endeudamiento previsto, ¿la apelación a los mercados internacionales será atendida en condiciones normales, o tendrá algún sobrecoste? Nuestro Estado hoy no tiene el mismo poder de influencia en la sociedad y en la economía que hace unos cuantos años, ya que por arriba ha cedido competencias muy importantes a la Unión Europea y por abajo ha ido transfiriendo año tras año competencias a las Comunidades Autónomas. En este último caso, España es vista como si fuera un Estado Federal, incluso Confederal (la bilateralidad definida en el Estatuto de Cataluña, la forma de acordar la financiación por las Comunidades Autónomas o los privilegios incluidos en el concierto económico vasco y en el convenio económico navarro). ¿Cómo disciplinará el Gobierno a estas comunidades y parará la locura descentralizadora, que además se olvida de las instituciones que mejor encarnan el poder de la sociedad civil, municipios, provincias e islas, augurándoles recortes en su participación de los tributos del Estado? En el Congreso de los Diputados (en realidad mucho antes), el grupo del Gobierno, al no poseer la mayoría absoluta, se verá obligado a pactar con otros grupos. Y éstos aprovecharán esta situación de debilidad para sacar tajada de los presupuestos a cambio de su apoyo, buscando más recursos para los sátrapas de su región o intentando que el Estado encaje el círculo de la recesión con el cuadrado de las infraestructuras que beneficien a su región. Pedro Solbes presenta los PGE a la ejecutiva del PSOE (foto: Partido Socialista)

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