La falta de separación en origen de la Justicia ha convertido a los juzgados en oficinas administrativas. La burocratización judicial mecaniza el examen de conductas humanas al tamiz de la Ley de forma semiautomática a causa de la dependencia orgánica, funcional y presupuestaria respecto del poder político. Hasta la Secretaría del Juzgado se denomina ahora Oficina Judicial. Así visto, no es extraño que los Secretarios Judiciales, que no pertenecen a la Jurisdicción y dependen directamente del Ministerio, puedan ya dictar resoluciones razonadas más allá de las de mero trámite, hasta ahora reservadas a los Jueces.   Caamaño mide el nivel de éxito de la Ley de Reforma de la Oficina Judicial por el cómputo cuantitativo de asuntos tramitados. El orondo Ministro es ejemplo e imagen de la preferencia de la cantidad por la calidad. Como aún no está saciado promete generalizar los recortes en el sistema de recursos que lleven a la finalización del litigio con la irrevocabilidad de las resoluciones de instancia. Los primeros meses de funcionamiento de la Oficina Judicial son valorados con un “rendimiento positivo” basado en ratios de archivo de expedientes. Ahora para el Ministerio el “mayor reto reside en la optimización del funcionamiento”.   Pero además el negociado no funciona. Caamaño queda contradicho por sus propios muchachos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que han anunciado que pedirán al Ministro de Justicia que paralice la implantación de la nueva Oficina Judicial hasta que se resuelvan los “graves problemas” detectados en partidos judiciales como el de Burgos. Así lo ha manifestado su Vicepresidente D. Fernando de Rosa. Cinco Vocales del CGPJ, encabezados por el propio De Rosa, entre ellos los dos designados para Castilla y León, Dña. Almudena Lastra y D. Miguel Collado, mantuvieron antes de Semana Santa reuniones con jueces, fiscales, secretarios, abogados y procuradores tras las que han advertido de su rotundo fracaso e inviabilidad “si no se resuelven los problemas de funcionamiento en los juzgados que está provocando, [la implantación de la nueva Oficina Judicial] lo que a priori apoyó el Consejo como una buena modernización”. Cuando apenas han transcurrido cinco meses desde su puesta en servicio este modelo de funcionamiento, según de Rosa “si antes los órganos de la Justicia en Burgos funcionaban correctamente, ahora con el mismo personal tienen un peor funcionamiento.”   Sin facultad judicial separada en origen todo es gestión y nada Derecho. La Administración de Justicia cada vez es más Administración y menos Justicia. Y además no funciona.

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