Clase politico-financiera de la monarquía (foto: ICO) Según la Asociación Nacional de Empresarios y Profesionales Autónomos (Asnepa) el año 2008 ha sido el peor para los trabajadores autónomos desde el inicio de la partidocracia. El mes de noviembre pasado cerró con 637 autónomos menos al día. Además, han solicitado que se establezca un compromiso por parte de las entidades financieras más importantes para que los fondos del Instituto Oficial de Crédito (ICO) lleguen a los trabajadores por cuenta propia ya que las medidas adoptadas se han quedado sobre la mesa y no han servido para reactivar el sector. El ICO es la Agencia Financiera del Estado encargada de activar la economía en caso de grave crisis económica mediante la provisión de crédito a partir de una reserva de dinero público. Sin embargo, el ICO está articulado por la voluntad de los principales Bancos y Cajas de Ahorros; sin la mediación de estas entidades de usura, prebenda y especulación de la partidocracia, el ICO es como un cadáver esperando al parásito que lo descomponga en unidades de fácil distribución y sumisión. Las empresas y trabajadores autónomos deben solicitar el crédito a estas entidades y los financieros deben concederlo o no. La crisis económica se ha bautizado en los países anglosajones como “Credit crunch” (crisis crediticia) tomando el nombre de su efecto más devastador sobre las entidades financieras. No sorprende que los causantes de la misma prefieran convertirse en verdugos de la cosa pública y la economía productiva, antes que devorarse unos a otros en un festín de esqueletos con osteoporosis monetaria. Si la causa particular fue la desregulación de la innovación en la transferencia del riesgo y su compra-venta especulativa, la transferencia de su efecto, la crisis crediticia, a la economía real, es la única salvación de los culpables siempre y cuando sean capaces de seguir controlando al poder político, característica institucional de la monarquía de partidos.