La ignorancia política de Rosa Díez es peligrosa para España pues se ha convertido en la única oposición efectiva a un Rajoy todopoderoso y, la única oposición a un poder así, debe ser inteligente y no anteponer los intereses de su partido a los intereses de una verdadera democracia representativa.
Rosa dice a Rajoy que no se deben bajar las subvenciones a los representantes de los partidos políticos estatalizados pues ello significaría una “pérdida de calidad democrática y el pueblo no se animaría a participar” en la política (de partido).
No se entera de que el que debe pagar a sus representantes políticos es el mismo distrito electoral, que para eso el político lo representa en la Cámara de representantes. Y si no cumple con lo prometido de forma imperativa, entonces, será sustituido por el suplente de la lista que ha sido elegida por la regla de la mayoría.
A Rosa le interesa que las subvenciones estatales que ha empezado a recibir por sus concejales y parlamentarios no se reduzca, pues entonces su partido recibirá más dinero de los presupuestos generales del estado ( nación).
Es un interés, el de Rosa, contrario a la democracia representativa. El representante político auténtico lo debe ser del distrito electoral y, por tanto, debe recibir dinero EXCLUSIVAMENTE de su distrito electoral, y todo el dinero que reciba de parte del estado o de una gran empresa o banco, significa que dejará a un lado la defensa de lo prometido a sus electores para corromperse cumpliendo las órdenes de su jefe de partido o del Banco.