El principal partido que oposita al Poder, discute sobre el modelo a seguir en su crítica al partido gubernamental. Solamente hay dos, según dicen sus ideólogos más escuchados y atendidos: el modelo separatista de los estatutos de autonomía de Cataluña y semejantes, y el modelo contrario, nacional, exclusivamente español, ¡pero respetuoso con la “legítima y democrática constitución de 1978”!   Llamazares, jefe de IU con “diputado y medio” en el Congreso de los diputados, reclama a los partidos dominantes que no saben ser justos; tampoco quieren ser libres (Sieyès: “han querido ser libres y no saben ser justos”); y exige la reforma de la ley electoral, pero ¡en el justo sentido de hacerla más proporcional! Los tres modelos políticos alternativos que se proponen son contrarios a la democracia representativa y al concepto de nación histórica y política.   La nación llamada España no se reduce a una “constitución de 1978”, es evidente, no hace falta ser un lince o un jurista del Tribunal Constitucional para aventurar tal convicción. Por muchos cambios estatutarios que se realicen y por muchas aprobaciones de estatutos que sentencie el TC de Madrid, España seguirá siendo España, y su Historia, la misma. Los estatutos de autonomía, aunque tiendan a la fragmentación nacional, no “acaban” con una nación histórica o política. ¿Cómo lo harían? Un estado independiente no hace “estatutos” con su “estado colonialista”, simplemente declararía su independencia.   Lo que si puede poner en peligro la integridad política de una nación “tan moderna” como España es su constitución. Si su ley fundamental no permite la existencia de la libertad política y la democracia representativa, entonces está echando leña al fuego de los separatismos. Por lo que la clave está, no en los estatutos como equivocadamente se repite hasta el cansancio, sino en la constitución. ¿Y nada puede hacer una buena ley electoral? Sí, pero la reforma debe ir hacia una ley electoral que recoja el sistema mayoritario y no el proporcional. Habría que interpelar a los ideólogos de la oposición en el régimen, sobre la forma que tienen los ciudadanos estadounidenses y franceses de elegir a su presidente de gobierno, porque eso es precisamente lo que nos falta.     Sello: República de España y EEUU.

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