La cumbre europea finalizó con la insistente letanía de Mariano Rajoy para que el Banco Central Europeo compre deuda española. No hay peor sordo que el que no quiere oir, dice un viejo aforismo español: la canciller alemana, Angela Merkel, y el director del Banco Central Europeo, Mario Draghi, hicieron oídos sordos a la petición y de momento no la han tomado en consideración, a pesar de que ya es un clamor en el Sur de Europa que ahora capitanea el presidente francés Francois Hollande.

 

La situación fue analizada en los informativos de Radio Libertad Constituyente y Antonio García Trevijano certificó la división europea. Pero lejos de considerarlo un mal, alabó a Hollande por ello: “ahora Europa ya no es un bloque y ya no estamos bajo la dictadura del discurso unitario de Merkel. Hollande ha logrado que se hable de política, y no solo de economía, y ofrece una alternativa: alargar los plazos para disminuir el déficit y capitalizar los bancos europeos”.

 

Sin embargo, rechazó el optimismo de Rajoy cuando “deja entrever” (así lo refleja la prensa) que la deuda pública española está ahora garantizada: “El Tratado prohibe ahora al BCE inyectar dinero de forma directa”, por eso el presidente del Gobierno se cubre las espaldas y es la razón por la que no realiza declaraciones sino ambiguas insinuaciones.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí