El ex presidente balear del PP, Jaume Matas, se acogió a su derecho a no declarar ante el juez Castro, que instruye el “caso Urdangarín”, pero en un escrito dirigido al juzgado aseguró que si el yerno del monarca se ha lucrado sería “una grave deslealtad”. Además ha sugerido que era difícil negarse a una petición de un miembro de la Familia Real.
Radio Libertad Constituyente informó de la cuestión y subrayó que es la primera vez que Matas critica a Urdangarín. Sin embargo, Trevijano no aceptó que sea difícil negarle algo a un Rey: “hay muchas maneras de decírselo. Por ejemplo: “como Su Majestad está fuera de la acción política y no es abogado probablemente no le han informado que hay leyes que prohíben esto y estoy seguro de que si lo supiera, no me lo pediría”.
El problema no es que en España no existe nadie que se atreva a decir siquiera eso, porque los que detentan el poder están corrompidos, quieren subir más en el escalafón social y obtener el favor del Rey. Están deseando que el monarca les pida algo ilegal para dárselo enseguida y así salvar ellos sus irregularidades, protegiéndose a sí mismos como con una especie de seguro. La norma en los últimos veinte años en España ha sido haber tolerado, favorecido o protegido una deslealtad o ilegalidad del Rey.
“Se lo dije cuando me invitó a almorzar a solas en la Zarzuela. Su padre había venido al bautizo de su hijo, el hoy príncipe Felipe, y me preguntó si Eugenio, el secretario de Don Juan en Estoril, llegado el caso, estaría a favor de su padre o de él para suceder a Franco. Entonces le dije que no, que eso se lo podía pedir a cualquiera de sus cortesanos, pero que a mí la pregunta me ofendía. Y entonces me levanté sin esperar siquiera al postre y le dije que partía en ese instante a informar a su padre y a contárselo”.
