María y Mariano en VEO7, en El Mundo de Cantabria Hace unos días, una bella estudiante en el programa de VEO 7 le hizo unas simples preguntas al jefe de la mal llamada Oposición, Sr. Rajoy. Las cuestiones fueron las siguientes: Sr. Rajoy: En primer lugar, ¿qué medidas lleva en su programa para la creación de empleo? y en segundo lugar, ¿qué medidas adoptará para los jóvenes empresarios que no tengan acceso al crédito? Tras estas dos cuestiones, certeras y claras, el mandamás de la leal oposición, tras un estado de indecisión y balbuceos tridimensionales, manifiesta lo siguiente, a una María totalmente estupefacta y sorprendida: “Vamos a ver, es que me ha pasado una cosa verdaderamente notable, que lo he escrito aquí, y es que no entiendo mi letra. Añadiendo a renglón seguido la siguiente perogrullada de talla única: para salir de la crisis hay que animar a la inversión, generar confianza, tomar muchas medidas y un tema capital: cuanto más sepas, más te preocupes y más vida tengas, mejor”. Ésta fue la respuesta de todo un líder, con aspiraciones a gobernante del estado español y en el que depositan su confianza ilusos votantes, para que la crisis y el galopante desempleo, dejen de ser un mal sueño.   Efectivamente Sr. Rajoy es usted un personaje honrado. No entiende sus propias medidas frente a la crisis, porque evidentemente no las tiene y esta casta política, no tiene solución alguna para frenar el desempleo y llevarnos a la economía productiva.   Ante este cúmulo de insensateces, un ciudadano normal siente dos tentaciones: el exilio o acudir a la ayuda de un especialista en conductas de la mente para no potenciar la locura en grado sumo. Esto es sencillamente, una tomadura de pelo para ilusos votantes, que viven de ilusas pretensiones democráticas alimentadas con fraudulentas promesas y letanías falsificadoras de la realidad que articulan los sermones políticos, toda esta casta de profesionales del poder, que viven de los presupuestos del Estado.   En la sociedad actual de espectáculo y relativismo, cada partido tiene desafortunadamente una cuota fija de incondicionales votantes que, independientemente de lo que hagan o dejen de hacer sus lideres, sea la rebaja de las pensiones, la entrega de fondos públicos a la banca y la acometida de reformas sociales a la baja, les van a seguir dando su apoyo con el voto cautivo de la pasión, para seguir apuntalando esta gran mentira.   Si la honradez política existiera, el líder de la Oposición, habría articulado una respuesta sincera y sobre todo figurable para poder ser comprendida. Pero el gallego Rajoy, no respondió a la cándida María, que encima les anunció su voto.   Muy fácil Sr. Rajoy, para crear empleo le voy a enumerar unas sencillas sugerencias que usted debería de haber dado como respuesta a su devota María.   1º.- Privatización de toda la casta política, para que vivan de sus afiliados y devotos conciudadanos y no de los presupuestos del Estado.   2º.- Desmantelamiento de las Autonomías, foco de corrupción y clientelismo para eliminar ese reparto burocrático de las funciones estatales, entre similares ambiciones, duplicando las administraciones públicas, produciendo un despilfarro de recursos que está poniendo en riesgo la solvencia misma del Estado.   3º.-“Jibarización” de la Administración Publica, en el capítulo de asesores, consejeros y personal de desconfianza, cuya hoja de servicio es el demérito.   4º.- Preparación de un auténtico plan energético nacional, donde se prime la eficacia energética, la valoración del medio ambiente y la apuesta firme por la construcción de nuevas centrales nucleares acordes con la tecnología actual, donde no tengan cabida políticas erráticas de prolongación de vida de instalaciones que hayan cumplido su ciclo operacional para el que fueron diseñadas.   5º.- Dar preponderancia a la investigación científica que ayude a la eficiencia del tejido productivo, para conseguir una mayor competitividad.   6º.- Apoyo a la creación de empresas con alto valor añadido en detrimento de fantasmagóricas sociedades de oportunistas y especuladores.   A la vista de las soluciones que ustedes ofrecen, dudo seriamente que sean capaces de llevar a cabo sugerencia alguna para sacarnos de este caos institucional y económico. No obstante, aquí le dejo estas simples recomendaciones por si, casualmente, en un próximo debate, le puedan servir, al menos, para dar respuesta a sus interrogantes.