Intervención de José Molero Zayas en Libertad Constituyente a 30 de enero de 2012

Comentario suscitado por el siguiente artículo de el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Emilio Lora-Tamayo.

“Está implantado en lo que, desde el año 95 en Europa se llama “la paradoja europea”, y no solamente española sino europea. En aquellos años la Unión Europea lanza el Libro Verde de la Innovación en donde se define la paradoja europea exactamente en los términos en que lo ha definido Lora Tamayo para España. Es decir: Europa tiene una gran ciencia, es una gran potencia científica, pero tiene dificultades para que eso se transfiera al mundo productivo.

Eso es parcialmente verdad. Pero hay otra parte de la verdad que no se dice: que no es tan verdad que Europa ni España sea tan competitivo en la ciencia punta, más allá de ciertas peculliaridades. Hay estudios recientes que demuestran que uno de los grandes problemas que tiene Europa -y por qué no decirlo: todavía más España- es que, en alguna de las ciencias punteras -sobre todo las transversales, las que son interdisciplinares- Europa tiene un claro retraaso respecto a Estados Unidos. Y eso demuestra por qué hay muchísimas grandes empresas europeas que se van a EEUU a abrir sus departamentos de I+D: porque no tienen aquí, ni en cantidad ni en calidad, la ciencia que necesitan.

Si en España, siguiendo a Valle-Inclán, somos el esperpento europeo -en el sentido de una realidad deformada por los espejos de feria- nos pasa lo mismo. (…) Es cierto que tenemos alguna capacidad científica en España, en alguna de las áreas que él dice pero, lo que es también cierto es que, en otras muchas no al tenemos. Y tampoco es verdad que en innovación no se hayan hecho cosas: en España, me atrevo a decir, desde 1986 que se da la primera Ley de la ciencia, casi había que ir a 1977 cuando se crea el CDTI, se han hecho muchas cosas por la innovación, y no podemos ignorar esa realidad.

Lo que pasa es que es verdad, con algunos amigos míos empresarios lo hablamos, es que es un problema de tamaño: hemos hecho muchas cosas pero no lo suficiente. Por tanto hay que perseverar en la linea de crear esa malla innovadora que, no nos olvidemos -probablemente es algo que apunta Lora Tamayo- el epicentro es la empresa. Sin empresa no hay innovación. Puede haber de todo menos innovación, por definición: porque innovar es nuevos productos y nuevos procesos.

Lo bueno de (n.d.r.: las declaraciones de) Lora Tamayo es que, al decirlo el director del CSIC, pone de relieve ese problema en un momento en el que está discutiendo el recorte presupuestario lo que, probablemente, sea lo que está detras de las declaraciones de Lora Tamayo y, en ese sentido, tiene mi absoluta solidaridad, apoyo y comprensión.”

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