El pleno del Consejo General del Poder Judicial ha reprochado a su presidente, Carlos Dívar, que haber gastado dinero público en 20 viajes a Marbella podrá ser legal, como ha dicho el ministro de Justicia y su fiscal, pero no es ético ni estético. Radio Libertad Constituyente informó de la cuestión y el abogado Trevijano proporcionó su juicio crítico sobre la materia.
“Decir que esa conducta no fue ética ni estética es un latiguillo incorrecto. La mejor definición es decir que fue inmoral”. La estética sólo posee relación con lo moral en la catarsis, cuando un fenómeno produce una conmoción estética tan grande que lo convierte en una convulsión moral. “La inmoralidad de la Casa Real o de los partidos políticos, que es permanente, se puede decir que no es ética, pero en modo alguno emplear la palabra estética, pues ello disminuye y oculta la desnuda inmoralidad de la corrupción. Lo estético es otra categoría. Para calificar la conducta de Dívar debería decirse que es inmoral o una sinvergonzonería. Y tampoco tiene relación alguna con que el periodista rosa Boris Izaguirre lo saque del armario por sus viajes a Marbella en compañía masculina de sus guardaespaldas”.