Un informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) señala que el actual presidente de las Cortes valencianas, Juan Cotino, remitió a Orange Market, la empresa matriz de la trama Gurtel propiedad de “El Bigotes”, facturas falsas por actos relacionados con la campaña electoral del PP. Lo hizo a través de su empresa Sedesa con un burdo “corta y pega” sobre conceptos y cantidades.
Trevijano se mostró muy duro con esta acusación y señaló que el presidente de la cámara autonómica valenciana estaba tan corrompido como el anterior presidente del ejecutivo, Francisco Camps. “Los trajes son sólo síntomas de la corrupción, no significan nada sino una ridiculez desde el punto de vista económico. Lo que todo esto aflora es la clase de relación que existe entre los empresarios valencianos y los políticos corruptos. Sociológicamente y psicológicamente el sistema político-económico valenciano estaba sostenido en la corrupción del PP”.
¿Alguien se ha preguntado alguna vez porqué en los lugares del norte de Europa donde cohabitan católicos y protestantes, los primeros son pobres y los segundos ricos?, inquirió el abogado, para recordar que Max Weber y Amintore Fanfani sí lo hicieron y en sus libros se encuentran muchas respuestas.
“A los teólogos católicos no les gusta escucharlo, pero lo cierto es que los países protestantes tienen mucha menos corrupción y no existen oposiciones amañadas o ministros y altos cargos que colocan a todos sus parientes y paisanos, como se hace en España desde antes de la época de Natalio Rivas. El católico se confiesa y redime sus corrupciones morales y económicas, pero el protestante debe enfrentarse a su propia conciencia, que es más exigente. Es así como los calvinistas incorporan la pureza y la ética moral al trabajo y a la economía. Y una de las principales causas que produce la diferencia entre la Europa del norte y la del sur”.