Según la información publicada por El Confidencial.com y analizada posteriormente en Radio Libertad Constituyente, la frustración de Urdangarín por no obtener un contrato de Louis Vuitton le gizo llamar de nuevo a su suegro. Y Don Juan Carlos telefoneó entonces personalmente al magnate francés para que echara una mano a su yerno. Arnault, finalmente, accedió a la petición del Rey, y la firma Louis Vuitton se convirtió en la principal patrocinadora de la primera edición del Valencia Summit, que también fue regada generosamente con dinero público de la Generalitat, entonces gobernada por Francisco Camps, y del Ayuntamiento de Valencia, al frente del cual estaba la actual alcaldesa, Rita Barberá.
Además de patrocinar el evento, Arnault accedió a que Marichalar, como primer ejecutivo de Louis Vuitton en España, participase en el mismo como representante del conglomerado empresarial. El entonces marido de la infanta Elena pronunció una conferencia sobre patrocinios deportivos y se fotografió, junto a Urdangarín, Torres y el resto de participantes, en la foto de familia del Valencia Summit. La imagen, prácticamente retirada de la circulación, aparece en los escasos folletos promocionales de las jornadas que aún se conservan, a uno de los cuales ha tenido acceso el periodista José L. Lobo.
La mediación del Rey ante Arnault no fue, ni mucho menos, la única ayuda que el jefe del Estado prestó a su yerno. Los correos electrónicos que Torres ha entregado al juez que investiga la trama de corrupción, José Castro, prueban que el monarca y su hija, la infanta Cristina, también respaldaron a Urdangarín en sus negocios después de que éste abandonase en la primavera de 2006, al menos formalmente, la dirección del Instituto Nóos.
Los emails que Torres aún guarda en su poder, y que ha amenazado con desvelar, demostrarían, según las fuentes consultadas, que el Rey estuvo siempre al corriente de los oscuros negocios de su yerno, y que si en la primavera de 2006 forzó su marcha del Instituto Nóos fue porque salieron a relucir los primeros trapos sucios de sus negocios. En febrero de aquel año, en efecto, el PSOE de Baleares cuestionó por primera vez en el Parlamento autonómico los pagos que el entonces presidente regional, Jaume Matas, hizo a la entidad sin ánimo de lucro por la organización de un foro sobre deporte y turismo similar al Valencia Summit.