Friends del Sr. Rodríguez Al fin, el señor Obama y el señor Rodríguez son friends. Pero, a diferencia de lo que escribió el pulitzerizado Jim Hoaglan en el Washington Post, no son vidas paralelas. En lo político uno es el presidente ilusionantemete negro y culto de una democracia y el otro es el presidente crudamente tipificado de una partidocracia. Pero al señor Rodríguez Zapatero, sin duda, le gusta tener como friend al señor Obama no porque este sea un hombre poderoso sin igual sino porque es un ciudadano del mundo, lo que explica que tras la consabida sesión fotográfica posterior al encuentro “bilateral” praguense, haya respondido así a las improvisadas palabras del americano: <<La verdad es que para España es un momento de nuevo tiempo en las relaciones entre Estados Unidos y España y el propósito de mi gobierno, porque es el deseo de mi país, es colaborar con el presidente Obama por un orden mundial de paz, por un orden mundial más justo, en la lucha contra la pobreza, por para las futuras generaciones un tiempo mejor>>. El señor Rodríguez Zapatero debe de ser también friend de alguna hermosa Miss Universo que a buen seguro no se enfadará porque nuestro líder le haya robado el discurso. La serie “Friends”, asentó en el español uno de los más espantosos alienígenas lingüísticos que se han conocido: el adverbio de frecuencia “básicamente” (basically) que los angloparlantes utilizan hasta la saciedad y los hispanohablantes hasta la suciedad. Este horror para el oído es una de las guirnaldas expresivas de la generación más preparada de la historia de España pues, a diferencia de lo que la opinión publicada dice, nunca los jóvenes han actuado con más egoísta responsabilidad, se han instruido mejor, ni han obedecido más gratamente al poder opresivo. Masas de titulados, estancias en el extranjero y un porcentaje sin igual de población capaz de leer ingles técnico abrieron el camino a la esperanza de vivir como la publicidad describe, y una telenovela pija cubrió de inútiles “básicamente” las frases. Todos somos friends de Zapatero. En Política, la utilización literal de los anglicismos de frecuencia todavía produciría sonrojo pues “Friends” cogió mayores a nuestros oligarcas pero, sin embargo, las ideas de frecuencia, la expresión de tópicos sin la menor entidad real, se ha convertido en el núcleo central del discurso del Poder. Básicamente, los políticos españoles no dicen nada cuando no saben qué hacer, cuando han hecho algo malo o cuando otros han decidido por ellos; el noventa y mucho por ciento de las ocasiones. Zapatero y Obama (Zapatero 2008 y radiospike photography)